Edición

Borrar
De Buenas Letras

Cuando la procesión va por fuera

José Vicente Pascual

Miércoles, 13 de noviembre 2024, 23:04

Decía G. K. Chesterton (si lo decía él, bien dicho estaba) que un loco no es una persona que ha perdido la razón, sino quien todo lo ha perdido menos la razón. La agilidad y precisión argumentativa en el delirio demente nos convence de que, ... en efecto, no sufre ausencia de razones, sino tremenda pérdida de aptitud para reconocer lo verosímil de su relato y la cabal proporción entre sus ideas y la posibilidad de las mismas en el mundo de lo fáctico. Así, por ejemplo, si alguien reclama ser Jesucristo en segunda venida redentora al mundo, el error no se encuentra en el enunciado ni en los argumentos, sino en la pretensión de que el tinglado sea cierto aunque sólo el protagonista sepa más allá de toda duda que su declaración es verdadera. Si la misma propuesta es formulada por un novelista que escribe en primera persona, cabe en el mejor de los casos que nos deslumbremos ante su prosa, o que lo ignoremos por atorrante, pero a nadie se le ocurriría tachar de perturbado al autor de la arriesgada obra. Saramago lo sabía y por eso escribió 'El evangelio según Jesucristo'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Cuando la procesión va por fuera