El exprimidor socialista
«Hace algún tiempo ojeé el libro 'Hacienda somos los tontos' y así me sentí, ciertamente»
Juan Sánchez
Periodista
Lunes, 7 de abril 2025, 23:23
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Juan Sánchez
Periodista
Lunes, 7 de abril 2025, 23:23
Últimamente cada vez que me miro al espejo me veo como a Citronio; seguro que lo recuerdan, el amigo de Naranjito, nuestra mascota del Mundial ... de Fútbol del 82. Y no es por mi acidez, que va, es por esa opresión que vengo soportando y que no llegaba a comprender hasta que este fin de semana he abierto una notificación por email de la Seguridad Social. Fue en ese momento cuando mi duda se disipó. Lo que me ocurre es que me están exprimiendo cual limón. Hace algún tiempo ojeé el libro 'Hacienda somos los tontos' y así me sentí, ciertamente. Ahora además de esa sensación de apaleado me invade la impotencia y ese malestar de que me están desangrando, de que me sacan hasta los higadillos entre unos y otros.
Les aseguro que cuando leí los siete folios de que consta la buena nueva de la Seguridad Social me dieron ganas de arrancar el coche, desplazarme a Cortijo Grande y meterle fuego a su sede. En su lugar, agarré una trapo, agua y amoniaco y me puse a limpiar mi utilitario para desfogar. Es que no tengo ayuda de ningún tipo y nunca la he tenido. Cuando pedía una beca de estudios parecía que mi familia formaba parte del árbol genealógico de Amancio Ortega, por favor, que me apellido Sánchez. Siempre nos la denegaban, en cambio a mi vecino siempre se la daban. Claro mis progenitores eran asalariados uno en una empresa privada y la otra en un ambulatorio. El cabeza de familia que residía en el 3º-C era profesor de autoescuela y declaraba a Hacienda lo que le venía en gana, nadie le controlaba y, claro, ayudas y subvenciones siempre pernoctaban entre sus paredes.
Se decía entonces que las clases medias de asalariados estaban pillados por los mismísimos. Ahora soy autónomo e igualmente me estrujan los cascabeles. Como facturo para varias empresas privadas que declaran todo correctamente al céntimo, pues mis ingresos los conoce el Gobierno a la perfección. No puedo hacer como el fontanero o el electricista que entre jornada laboral le cae un 'chapú' y para el bolsillo. Ahora me salta la Seguridad Social con que como en 2023 ingresé más que en 2022, de no haberlo hecho estaría durmiendo bajo un puente y frecuentando algún comedor social; pues eso, que como prospero, como mi negocio crece, resulta que hicieron una aproximación de mi base de cotización y que me sale a pagar más porque me incrementan la misma por una modificación que han aprobado por Decreto. Total, que he de apoquinar lo que ellos calculan en base a no se qué criterios que no figuran en la susodicha misiva y que te invitan a buscarlos por Internet y si te queda algo de lo que te cuelga sin oprimir lo empleas en intentar entender lo que refleja el monitor. Y lo peor, es que el año que viene será igual y al siguiente, salvo que me hunda en la miseria y entonces cuando yo pida tampoco se me dará, como cada vez que levanto la mano para preguntar eso de «¿Qué hay de lo mío?».
Pues lo mío es pagar y cada vez trabajar más para intentar conseguir mayores ingresos para que me expriman más. Mientras tanto otros disfrutan de becas, de comedores escolares pagados, de subvenciones para comprarse un coche, de bono social, de alquileres bonificados… Es que de verdad. No sé qué me da más por donde la amargura pepinera si los chupópteros sociales, los paniaguados sindicales o los sangrías social-comunistas. Si en mi mano estuviera ya les digo yo lo primero que hacía, que a buen seguro sería lo último.
Es que además te meten la puñalada trapera y encima van de hipócritas, que es lo que son. Cuando entramos en el euro los diferentes gobiernos dijeron que iban a hacer que aflorara todo el dinero negro. Le declararon la guerra a nuestro particular 'Bin Laden', ese billete que sabías de su color, pero desconocías su tacto. El siguiente paso fue limitar pagos en efectivo e ingresos por ventanilla o cajero en papel moneda. Si uno lee la puñetera carta, como de lo que se trata es de que palmes y de recabar más pasta de la que ya te sangran entre tasas, IRPF, otros impuestos y Seguridad Social para sus amancebados y chiringuitos, la primera opción de regularización que te ofrecen para abonar esos supuestos atrasos en plazo y evitar un recargo del 20% es pago en metálico, como lo están leyendo. Señores del Gobierno, del PSOE y de Sumar váyanse a esparragar. Ya está bien de tanto apretar. Y por cierto ni se les ocurra venir a mi casa a pedirme el voto para las próximas elecciones que tengo la lata de gasolina tras la puerta. El fuego es purificador; esto tampoco evoluciona.
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