El historiador inglés Peter Frankopan, catedrático de Historia Global de la Universidad de Oxford, en 'Las nuevas rutas de la seda. Presente y futuro del mundo', analiza la nueva situación mundial, y entiende que estamos en una nueva era. Este nuevo mundo lleva ya formándose ... mucho tiempo, pero hasta ahora no nos hemos dado cuenta. Para este historiador, el comienzo de esa nueva era sería la caída del muro de Berlín, que conllevó la caída del gran imperio soviético, por la decisión de Polonia, República Checa y el Báltico de unirse a Europa y alejarse de Rusia; y por el progresivo poder que Asia y, especialmente China, han ido tomando.
Publicidad
En cuanto a Europa, el autor encuentra una situación muy preocupante: los países están desunidos, al no haber líderes que se hayan ganado el favor de sus ciudadanos; y muchos de estos países, de mentalidad ultra conservadora, piensan obsesivamente en volver a los antiguos estado-nación, que inutilizaría a Europa para enfrentarse a los problemas globales que el mundo actual plantea. Por ello, su papel en el mundo se ha desdibujado enormemente, por su división interna y su falta de objetivos. Muchos europeos ven a la UE como una invención del siglo XX, inadaptada al tiempo actual, y por eso está surgiendo, en palabras de Josep Borrell, el reflujo estatalista y nacionalista actual: «Queremos volver a casa, queremos levantar fronteras», cuando necesitamos más unión y más Europa, en este mundo tan convulso.
Mientras tanto, en Asia emergen potencias como India y China, que acumulan un mercado de dos mil millones de habitantes, y son ellas las que imponen los gustos y las costumbres en los mercados. Además, nuestros avances militares, de seguridad, sanitarios o tecnológicos dependen de Asia. China no solo invierte en países asiáticos sino que también lo hace en África o en el Ártico, lugares cercanos a nosotros, de los que nos hemos olvidado.
Lo mismo que apareció el ocaso para las civilizaciones americanas cuando llegaron los españoles, los portugueses o los ingleses; o para los romanos, cuando llegaron los pueblos bárbaros; igual está llegando para Europa, sin que hasta ahora hayamos sido conscientes de ello.
Publicidad
La aparición de China ha dejado a Europa, y, en gran parte a EE UU, en un lugar secundario. En China crecen la economía y la formación más que en el resto del mundo. Según Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y ex Alto Representante para la Política Exterior de la UE durante diez años, en su obra reciente 'Testigo de un mundo incierto', «el mundo de mañana dependerá en buena medida de cómo se gestione China y cómo se relacione Occidente con ella». Y no solo China. En general, habrá que tener cuidado con los países llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que quieren ser una alternativa a Occidente. En este mundo tan convulso, Solana se inclina por la diplomacia y el diálogo. Nunca por la guerra. «La diplomacia es jardinería: abonar la tierra, quitar las malas hierbas, oxigenar el terreno…El otro tiene que ser parte de tu vida y eso lo entiende muy bien. Siempre hay que tener una línea abierta». Y, además, luchar, conjuntamente, para que los populismos y los radicalismos no pongan en peligro a Europa y al mundo.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.