Juegos olímpicos 2020 interruptus

En otras ocasiones estuvieron a punto de ser suspendidos varios Juegos Olímpicos. Durante los de Múnich, 1972, tras el ataque terrorista con la muerte de once miembros del equipo olímpico israelí —fueron asesinados en la villa olímpica luego de ser tomados como rehenes–, los Juegos se paralizaron durante 36 horas.

En los de Moscú, 1980, debido al boicot contra la invasión soviética en Afganistán, muchos países decidieron no llevar a sus atletas como protesta. Esto casi hace que los Juegos se suspendan, algo que finalmente no sucedió.

En Atlanta, 1996, un atentado en el Parque Olímpico del Centenario en el que murieron dos personas y más de cien resultaron heridas, hicieron que los Juegos se suspendieran 24 horas.

En la celebración de los de Río de Janeiro, 2016, el virus zika, que se transmite por la picadura de un mosquito y que podía traer complicaciones a las mujeres embarazadas, provocó que un grupo de científicos pidiese la suspensión de los Juegos.

Por una pandemia mundial es la primera ocasión que se retrasa la celebración de este gran evento deportivo por un año, hasta 2021, en el mejor escenario posible.

Mi reflexión está centrada no en las causas externas sino en causas endógenas. Desde hace tiempo el COI (Comité Olímpico Internacional) está infectado por un virus, que se manifiesta de muchas formas, como las siguientes:

-Virus Sanitario (VSA). No se ataja con rotundidad como es el doping sanitario. Hay una farisaica postura ante la Covid-19 (Corona Virus Disease), preocupándose por la salud de los deportistas y espectadores. Falsean la competición.

-Virus Tecnológico (VTE). Se está manteniendo una postura permisiva en pro del espectáculo. El interés está centrado en las marcas aunque éstas sean adulteradas por la influencia desigual de la competición.

-Virus Especialización Temprana (VET). La especialización temprana hace que veamos personas a las que se les roba la infancia por un éxito deportivo y no por un desarrollo armónico de la persona.

-Virus Nacionalista (VNA). La competición entre deportistas se ha convertido en una competición entre Estados de tal forma que los atletas no pueden participar si su país no participa.

-Virus Mercantilismo (VME). El COI se ha convertido en una importante organización comercial que opera como una empresa transnacional.

Contra estos virus hay vacunas que no se quieren aplicar. Deberían reinventarse, renovarse y volver al espíritu olímpico.

Basta con repasar la carta olímpica: «El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana».