Top less

Evidentemente en Granada no se ha aprobado ninguna normativa similar. Y tampoco ha existido, al menos que yo sepa, ninguna polémica reciente al respecto. No obstante, será cuestión de tiempo. En algún momento se hablará del tema y tendremos un conflicto dialéctico de esos sin importancia, pero que consiguen llenar el espacio de las rotativas en el mes más insustancial del verano.

Yo creo en la libertad individual. En líneas generales, si algo no hace daño a los demás, ¿por qué va a ser prohibido? En concreto en lo que tiene que ver con el atuendo, pienso que juzgar a los demás es siempre un error. Está claro que si asistes a una boda tienes que llevar un determinado traje para ser adecuado. Está claro que hay un decoro en el vestir si vamos a visitar una mezquita. Eso es razonable y cultural. Sin embargo, en lo que tiene que ver con los atuendos del verano, ¿qué diferencia hay entre una playa y una piscina? ¿Qué sentido tiene que la manera de vestirte (o de no vestirte) en cualquiera de nuestras playas no sea válida en una piscina, si al final son básicamente son lo mismo, y su decoro tiende a ser semejante?

Sin embargo, hay otro pilar argumental que es mucho más serio. Si un hombre puede hacerlo, ¿por qué una mujer no? Un pecho es un pecho. Más allá de convenciones culturales, ¿qué diferencia hay entre el pecho de un hombre y el de una mujer? Si un chico puede escoger entre llevar una camiseta o no llevarla, ¿por qué una mujer no puede? Sin duda porque sigue aportándosele al torso de la mujer una dimensión sexual que no existe en el caso del hombre. Y eso es anacrónico.

No afirmo que exista una dimensión feminista en la defensa del top less, pero quizá sí que la exista. Al fin y al cabo, la igualdad está asociada siempre con la posibilidad de elegir. El feminismo apuesta por eso: por aumentar nuestra libertad para elegir.