Liantes
La Carrera ·
Hicieron novillos y por eso azuzaron un embrollo que no era tal, y que han tendido que solventar los jueces, clarojosé ángel marín
Martes, 16 de marzo 2021, 00:06
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La Carrera ·
Hicieron novillos y por eso azuzaron un embrollo que no era tal, y que han tendido que solventar los jueces, clarojosé ángel marín
Martes, 16 de marzo 2021, 00:06
Los hechos notorios no necesitan prueba. Eso lo sabe hasta el Tato (aquel torero del XIX que estaba en todos los saraos de su tiempo, que incluso tras perder una pierna por una cornada quiso volver a torear y después de varios intentos, a regañadientes, ... se apartó del ruedo). Bueno, pues los integrantes de la Mesa de la Asamblea de Madrid, se ve que no fueron a clase el día que en la facultad explicaron aquella máxima jurídica del inicio. Hicieron novillos y por eso azuzaron un embrollo que no era tal, y que han tendido que solventar los jueces, claro. (Este país es conocido en el mundo entero porque los problemas que generan los políticos tienen que resolverlos los tribunales). Tras lo ocurrido en ese rompeolas de las Españas que es Madrid (A. Machado), y dado que puede extenderse, comento hoy lo acontecido pues en realidad no había caso.
Por mi parte tengo la costumbre de explicar a mis alumnos de 1º de Derecho que los juristas somos una especie de médicos sociales, unos sanitarios de los conflictos intersubjetivos y de los líos institucionales. Así, del mismo modo que los galenos curan patologías (somáticas y psíquicas), los juristas debemos solucionar las disputas sociales, es decir, estudiamos Derecho para sanear -civilizadamente- la dialéctica que comportan las relaciones humanas y las de las instituciones. Para este cometido no hay que ser un lince, sino más bien un búho que todo lo escudriña con los grandes ojos del conocimiento jurídico.
En el lío murciano-madrileño de estos días, orquestado por la factoría sanchista que maneja ese gurú en quien el doctorcito tiene depositada toda su esperanza de perpetuarse en el poder a costa de lo que sea, digo, que el embrollo sobre la disolución de la Asamblea de Madrid no era más que pura maraña, pues el decreto de disolución es previo a las mociones de censura. Lo llamativo es que, en plena pandemia y estado de alarma, el Rasputín de Moncloa diseñe el asalto a Murcia con idea de –luego- hacer caer a Ayuso, y por el efecto dominó al gobierno de Castilla-León y, con un poco de suerte, al ejecutivo de Andalucía.
Lo sabe hasta el Tato, y lo digo con pena, en España el centrismo es barco que se hunde desde que lo botaron (UCD y CDS fueron fagocitados por sus propios jugos estomacales). Aquí los cismas centristas son proporcionales a la polarización que ya heló el corazón a don Antonio Machado.
Me temo que aquí la política no responde a las necesidades y los proyectos vitales de la gente, sino a las puñaladas traperas de las que han hecho estandarte estos profesionales del poder. Lástima que sea ese el único sentido de los partidos, y que los mandarines políticos no reparen en que ello puede provocar la implosión del sistema, pues es probable que el personal acabe hartándose de que quienes están ahí para resolver los problemas cotidianos, no lo hagan y solo piensen en ocupar el poder para seguir sacándose brillo en las uñas frotándolas en la solapa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.