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Abro Twitter y leo como María, de 17 años, está orgullosa de haberle dicho a su profesor que el 8 de marzo no va a hacer un examen programado porque va a la huelga, a luchar por los derechos de las mujeres ya que su ... abuela sufrió maltrato. No sé por qué pero hay una tendencia en algunos populistas de cerebro blando y de cara ociosa a utilizar siempre a sus abuelos o incluso a sus antepasados -así en genérico- para 'luchar' por unos derechos que ellos, en la actualidad, no sufren como ciudadanos pero que de cara a la medalla en redes sociales o al mérito del activismo sin cerebro y sin vergüenza supone como una Cruz de Guerra para un militar. Al final, sin razón y entregados al fanatismo, entre militar y militante no hay excesivas diferencias irracionales, aunque sí en dignidad: uno está dispuesto a dar su vida por su país y el otro está disponible siempre a vender su integridad según le pida la causa o el líder de turno.
María, de 17 años, no es irreal, es una chica que existe y que ha sido entrevistada en la SER, en la habitual propaganda de agitación sectaria de cara al 8 de marzo que ya hace un año fue tan insoportable como desequilibrada y que abrió la puerta a que se acusara al hombre, como tal, de ser desde la cuna un potencial asesino y violador, y que muchas vividoras del feminismo pudiesen seguir viviendo gracias a pintar España como un país machista, misógino y que oprime a la mujer como si fuera una república cualquiera teocrática islámica.
El problema, llegados a este punto, no es lo relatado hasta aquí, sino que desde la cuenta oficial del partido que aún gobierna y que ganará las próximas elecciones generales, o sea el PDROE, celebraban sin disimulo la decisión de María y la ponían como ejemplo ante los ojos de ese mundo virtual de las redes que representa lo peor de nuestra sociedad actual y de la degradación política y cerebral del ser humano contemporáneo. No sé si llegaremos algún día al punto de que en nombre del feminismo algunas se nieguen a pagar multas de tráfico por considerarlas una herramienta del heteropatriarcado opresor de la mujer.
Todo esto se encuadra en una época donde la irresponsabilidad y la extrema delgadez neuronal de nuestros políticos va a ser premiada, en unos partidos -por supuesto- más que en otros. Y vuelve así el debate, en ocasiones manoseado en mis artículos, sobre eso que siguen algunos llamando «democracia interna» y que, en la actualidad, tiene como sus máximos méritos haber permitido la existencia política de una maldición democrática insuperable llamada Pedro Sánchez y el destrozo sin paliativos de un partido convocado a asaltar los cielos a mayor gloria de su caudillo comunista Pablo Iglesias.
Las primarias son una estafa y una mentira que ha resuelto el problema de la generación, conservación y regeneración de las elites partidistas de la peor manera posible, de ahí que debamos esforzarnos para hablar con propiedad: no son primarias para confeccionar las mejores listas posibles, sino que son procesos primarios -en la acepción 3 de la RAE- para colocar a los listos, que no siempre suelen ser los tontos útiles, de ahí su acepción básica: tontos, que precede a la funcional: útiles.
Resulta que la polémica aparece porque Albert Rivera ha decidido hacer diversos fichajes 'estrella' procedentes, en su mayoría, del PP y del PSOE, pero que pretende pasar por primarias para legitimarlos. Como era de esperar se produce un 'efecto Pepu', donde las bases en algunos sitios se revelan contra esta imposición que consideran poco decorosa, sobre todo para los que vienen del socialismo o del popular.
¿Cuál es la fórmula? Solo en aquellas provincias donde el candidato alternativo tenga algún padrino o se lo haya trabajado duramente estos últimos años se puede producir el milagro de que el candidato electo por el Gran Elector no resulte el preferido también por las bases. Lo seguro es que sea cual sea el resultado, quien pierde, aunque sea una erosión a medio plazo, es el partido como concepto cohesionado y vehicular para el mérito militante de cara a las listas.
Luego llegan, eso sí, los que critican a Rivera y a Abascal que ha suprimido de una coz las primarias en VOX, mientras aplauden con sus orejas de asnos arrastrados la elección de Borrell como candidato a las europeas o la colocación selectiva y diseminada de los sanchistas más puros en los puestos de salida a todos los puestos de poder que se juegan en los próximos meses.
Los primarios siempre favorecen a los listos, que no son más que mediocres amorales habitualmente semianalfabetos, aunque en ocasiones también se cuela algún catedrático dispuesto a prevaricar académicamente para sostener fantasías y mamarrachadas como ficción histórica que justifique el uso espurio de un cadáver bien muerto y bien enterrado hace ya muchas décadas. Aquí se exige jalear toda mentira que provenga de los nuestros tanto como combatir toda verdad que venga de los otros. De ahí que estemos construyendo un sistema político donde no es que se premie la mentira, sino que se castiga la verdad y se adormece a los ciudadanos con selectivas falacias.
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