El Involucionista

Ahora me llaman perro

«Seguiré a lo mío como ustedes a lo suyo por más que el presidente y sus palmeros continúen vilipendiándonos»

Juan Sánchez

Periodista

Lunes, 29 de abril 2024, 21:55

Guau, guau. Sí, ahora soy un perro porque así me considera el ministro de la Presidencia de un gobierno que tiene al frente a un llorón, pero eso sí, guapo, chuleta y que anda como si se fuera a partir. Pero ojo, tengan cuidado cuando ... abran la boca porque, como a mi, a más de uno le va a salir un ladrido, sobre todo si no son de la cuerda de esta progresía autoritaria que rige por el principio el estas conmigo o en mi contra. Toda una máxima democrática. Ahora solo me falta saber, como miembro de la jauría, de qué raza soy, pero tranquilos que con este ejecutivo que adoctrina, adormece y subvenciona todo para someterlo ya pondrá en la chapa que me va a enviar a casa, contra reembolso, claro está porque cualquier excusa vale para seguir sangrándonos, mi nuevo nombre y pedigrí. Supongo que la mayoría seremos 'mil leches', para que el insulto se perpetúe.

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Dicen que los que no piensan como ellos se dedican a dividir. Por eso, entiendo, que cuando me llaman perro tengo que tomarlo como un alago, al igual que cuando me dicen que soy de los malos. Lo canta Miguel Campello «quisiera volverme bueno, pero tú tienes el miedo». Grande 'El bicho'. Sí, soy malísimo porque me temen por mi voto y a ti también. Siempre he estado en el centro y lo seguiré estando. A mi no ve va a torcer el brazo nadie, porque no lo pienso consentir y el que quiera ser un osado que tenga presente que mientras me retuerce el derecho le enderezo con el siniestro.

Esta tribuna semanal es una carta de amor a la vida, a la independencia y al periodismo. No necesito hacer pública una misiva para decirle a mi mujer que la amo, porque, aun con mis defectos, se lo demuestro a diario. Que me equivoco, muchas veces, pero también acierto. No atesoro la verdad absoluta ni la perfección porque eso sólo lo acapara el prócer de la política que dirige los designios de un país que a nivel internacional pinta menos que un servidor en el Grupo Bilderger. Tampoco he necesitado cinco días para hacer esta reflexión, porque sólo los inteligentes dan siempre la espalda a la duda. La incertidumbre la generan aquellos que son inseguros, dubitativos y que tienen el vacile como norma. Pues éstos en lugar de dar un paso al lado, se enquistan. Es como ocurre en muchas empresas donde el jefe se ha de rodear de inútiles para que nadie le haga sombra y los que valen se pudren en el nivel inferior. Ya saben en el país de los ciegos el tuerto es el rey.

Ahora, que también les advierto de que los que no forman parte de la manada tampoco es que sean los más listos. El ministro de Fomento, Óscar Puente, voy a volver a citarle y poner su nombre para que incluyan este artículo de opinión en el dossier diario de prensa sobre su figura, nada estilizada por cierto, que obliga a hacer a diario a sus miembros de comunicación, dijo el domingo que Pedro Sánchez es «el puto amo». Además de soez y malhablado quiero decirle que será su dómino y el de aquellos que quieran ser sus sometidos aduladores. Si es que con estos mimbres no hacemos ni cestos ni nada, bueno, una cosa sí, el ridículo. Si alguien ha tenido la oportunidad de bichear la prensa internacional este fin de semana en la mayor parte de los medios de comunicación se simplificaba la carta del presidente a un hecho: el de que su mujer está siendo investigada por corrupción. ¡Olé, Pedro! Sin ser monárquico te has vuelto coronar.

Seguiré a lo mío como ustedes a lo suyo por más que el presidente y sus palmeros continúen vilipendiándonos. Al hilo de esto, vaya estilizado que tiene la ministra de Hacienda dando palmas, y por cierto ¿alguien me podría desvelar cuántos 'red bulls' se había tomado la vicepresidenta en el comité de su partido? Salió a la calle Ferraz a saludar a sus acólitos y parecía enajenada, vamos que si me dicen que la imagen formaba parte de un remake socialista de 'El Exorcista' me lo creo a pies juntillas.

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En la decisión de Sánchez Pérez-Castejón tenemos un nuevo y palmario ejemplo de la involución. Tras su lamentable espectáculo de cinco días, como Julio Iglesias, «la vida sigue igual». No ha evolucionado nada, tampoco se esperaba que lo hiciera. Todo ha sido un paripé y un brindis al sol. Ahora, queridos lectores, agárrense los machos que van a venir curvas y de las buenas. Se miente a si mismo para legitimarse en el poder, cual Franco «por la gracia de Dios». En su caso por el amor a Begoña y ya saben que por amor se cometen locuras. Lean un poco a los clásicos y encontrarán notables ejemplos como 'Romeo y Julieta'. Toda una tragedia, como la que sacude a este país. ¡Suerte y al toro!

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