Puerta Purchena

Luz

«Es inadmisible que personas que pagan religiosamente sus recibos estén sufriendo esta anomalía»

Juan Teruel

Periodista

Sábado, 10 de agosto 2024, 11:08

Luz es una palabra muy frecuente en nuestro lenguaje cotidiano. La mayoría de las veces, la usamos para referirnos a la luz suministrada por la energía eléctrica del hogar. Aunque, de hecho, detrás de la palabra, hay una serie amplia de usos en los que la luminiscencia es lo de menos: aire acondicionado, lavadora, televisor, etc. Todo ello, bajo el apelativo común de luz. Así lo entendemos normalmente. Sobre todo, cuando nos llega 'el recibo de la luz'. Por otra parte, eso del suministro eléctrico es algo absolutamente indispensable en nuestros hogares. Recuerdo otros tiempos en los que aquello de la luz se reducía a una bombilla o dos en toda la casa. Por supuesto, ni pensar en frigorífico, ni lavadora, ni en un mísero ventilador. A lo más que se aspiraba en viviendas como la mía era a contar con una 'fresquera', un armarillo con puertas enrejadas para que se ventilara lo que había dentro, lo más frecuente algún alimento capaz de aguantar unos días enclaustrado.

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Hoy en día, no se concibe un hogar sin un cableado generoso capaz de conducir la energía eléctrica por toda la casa. Entre otras cosas, para darnos luz. Y justamente la nombramos más cuando la echamos de menos. 'Se ha ido la luz', se decía antiguamente. Era cuando, con mayor frecuencia de la deseable, los aparatos dejaban de funcionar súbitamente. Las cosas han cambiado mucho. Ahora, prácticamente, los cortes de suministro eléctrico son una anécdota. Salvo en algunos sitios. Por ejemplo, en Pescadería-La Chanca. Y es que, en este barrio de la capital, lo de los apagones es diario. Y, lo peor: duran mucho tiempo.

Para la empresa responsable del suministro, la culpa la tienen los enchufes ilegales. Para los residentes en esa zona, se trata de un problema estructural al que la empresa, la compañía Endesa, no es capaz de dar la solución adecuada.

Tratando de ponerse en el supuesto señalado por la empresa suministradora, a mí me cuesta mucho creer que no haya un sistema para evitar que estos fraudes se produzcan. Desde un servicio de vigilancia efectivo a unas buenas sanciones al que pillen fuera de orden. Supongo que el problema afecta también a las administraciones locales, cuya disponibilidad de inspectores específicos es indispensable. No quiero pasarme de ingenuo y comprendo que habrá situaciones especiales en las que sea imposible controlarlo todo. Pero tanto fraude no puede haber.

Situándome en el lado de los usuarios, es inadmisible que personas que pagan religiosamente sus recibos estén sufriendo esta anomalía. Porque la falta de suministro eléctrico afecta a su calidad de vida de una forma grave. Ya no es que no se puedan conservar alimentos en el frigorífico; es que habrá situaciones de total precariedad que no se corresponden con el nivel de vida que nuestra sociedad ha conquistado. ¿Qué pasa cuando un niño se pone enfermo de noche? ¿O cuando hay que asistir a una persona mayor?

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Desde luego, la situación que están viviendo los vecinos de esta barriada es inamisible. Y yo, ¿qué quiere usted que le diga?, echo de menos una actuación contundente del Ayuntamiento. Y si hay que pleitear con una empresa tan importante como Endesa, se va a donde sea necesario. Los residentes de ese barrio no deben seguir padeciendo esta falta de luz.

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