De vez en cuando, la calle se llena de pancartas y asistentes a las manifestaciones «en defensa de lo público». Suelen tratarse de la educación, o de la sanidad, que son los dos grandes pilares que sustentan el llamado 'estado del bienestar'. El acceso a ... una educación de calidad para las nuevas generaciones es fundamental, y disponer de un sistema eficaz que vele por la salud de la ciudadanía son las señales de que un país, o una región saben administrarse y gestionar los medios que se necesitan.

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Solíamos decir, hace algunos años, que podíamos estar orgullosos de la sanidad en nuestro país. Digo solíamos en pasado porque los recortes, la mala gestión, la privatización de los servicios y un largo etcétera hacen que ya no presumamos como antes. Tengamos en cuenta aquellas manifestaciones multitudinarias, que animaba el recordado Jesús Candel, alias 'Spiriman', que señalaba con precisión dónde estaban las fallas del sistema, por dónde podría empeorar y eventualmente colapsar. Por cierto, hace precisamente un año que falleció. Y siguen las malas gestiones, las listas de espera para acceder a un especialista, las huidas de los facultativos, que no se sienten bien tratados, con unos sueldos raquíticos, que les empujan a salir de España en busca de otros horizontes. Ya no son manifestaciones enormes, pero sí quejas, huelgas, llamadas de atención, para que se corrijan los fallos mientras sea posible, porque a nada que nos descuidemos ya no habrá remedio ni marcha atrás. Y cuando escuchas las quejas de los facultativos y el personal sanitario en general, sientes esa inseguridad ante los males y las enfermedades que pueden afectarte.

Por otra parte, hace unos días, la protección de la educación pública motivó una manifestación, con unos cinco mil asistentes que había sido convocada por la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del alumnado de la provincia de Granada. El panorama aparece bastante oscuro, pues los progenitores detectan una serie de carencias que afectan a las familias, como por ejemplo falta de apoyo educativo a los estudiantes que tienen necesidades especiales, falta de personal de administración y servicios, lo cual deriva en dejadez, falta de higiene y otras muchas situaciones que sería largo enumerar. También señalan los padres y las madres que «no les atienden en los despachos», de hecho solicitaban una reunión con los responsables de la delegación territorial, sin que tal encuentro se haya producido. Se ve a simple vista que no hay diálogo con los responsables, pues ellos han manifestado que «la atención está garantizada», cuando los familiares se quejan de lo contrario. A ningún preboste le gusta que le organicen manifestaciones con pancartas, pero de ahí a sugerir que los que protestan lo hacen por gusto o por fastidiar es un poco cínico, por lo menos.

Aunque se trate aparentemente de deficiencias leves, que por otra parte son muy importantes para los afectados, hay que procurar que 'lo público' se cuide, porque es un logro de todos que se puede perder.

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