Mala imagen
Puerta Purchena ·
Ángel Iturbide Elizondo
Sábado, 8 de enero 2022, 23:04
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Puerta Purchena ·
Ángel Iturbide Elizondo
Sábado, 8 de enero 2022, 23:04
Estos días pasados he tenido ocasión de ir un par de veces por el casco antiguo de la ciudad. En una visita tranquila y relajada uno se puede dar cuenta de la belleza que alberga toda la zona alrededor de la Catedral hasta el Parque ... Nicolás Salmerón y desde allí hasta la Alcazaba por todo el barrio de la Almedina. Ahí sí se puede contemplar lo que hace muchos años era Almería con un urbanismo peculiar y una arquitectura que a duras penas se han podido conservar unos cuantos ejemplos. La ensoñación se rompe bruscamente cuando contemplas verdaderas aberraciones urbanísticas con edificios que dañan la vista y que al contemplarlos no puedes sino acordarte de la madre del ¿arquitecto? Una verdadera pena contemplar que por culpa de unos cuantos energúmenos sin ningún tipo de escrúpulos lo que hoy pudiera ser un casco antiguo ejemplar es un insulto al buen gusto y a todos los ciudadanos.
Pero además de lo anterior, en mis visitas al casco histórico vi la desidia de una ciudad que poco a poco se ha ido echando a perder. La imagen que nuestro casco antiguo proyecta a cuantos nos visitan (digo a quienes nos visitan porque a los de aquí parece no afectar), es lamentable. Suciedad y falta de mantenimiento sobresalen en cualquier recorrido por la zona. Y lo peor es que son muchos los que pasean por sus callejuelas. Hemos hecho un esfuerzo en colocar rótulos en inglés para los turistas pensando que solo miran hacia arriba y nos hemos olvidado del suelo que pisan.
El martes me encontré con hasta tres grupos de turistas que participaban en unas visitas guiadas. Y no pude menos que compadecerme por vivir en una ciudad tan abandonada, sucia y rota. Esta no es una crítica sin sentido, es simplemente una llamada de atención a nuestros gestores y a los ciudadanos en general porque lo que se puede ver en un paseo por el casco histórico es triste. Y son muchos, repito, los que por allí pasan. El Ayuntamiento, desde luego, tiene gran parte de culpa, pero también la tienen los vecinos de la zona que no se preocupan por el buen estado de sus calles. Es cierto que de puertas adentro todo está en orden y en perfecto estado de revista, pero no entiendo que de puertas afuera de sus casas a nadie preocupe el estado del barrio. Las calles están sucias, con desperdicios en el suelo; los contenedores huelen mal no solo porque no se limpian como es debido sino por los detritus que hay fuera de ellos; hitos destrozados; charcos y humedades por todas partes que no sabes de dónde proceden pues no se recuerda cuándo fue la última vez que se baldeó la calle y no ha llovido; latas de cerveza y refrescos tiradas; aceras rotas; suelos peligrosos con losas resbaladizas donde las hay y desperfectos donde no las hay; papeleras rotas, por supuesto; calles sin barrer que da la sensación de que en Almería no hay barrenderos; excrementos de mascotas; contenedores de escombros que esperan a ser retirados, pero que no se retiran ni en días tan señalados como estos de tantas fiestas; mascarillas arrojadas al suelo que parecen estar esperando para saltar sobre el viandante y contagiarle el virus y un larguísimo etcétera. En la plaza Rodríguez Espinosa había un grupo de turistas escuchando las explicaciones de su guía y yo sentí vergüenza ante el estado que presentaba la plaza pensando que ellos pensarían que yo era un vecino de la zona y me marché deprisa.
Eso sí, de noche todo luce con esplendor. Las luces navideñas en la Plaza de la Catedral atraen a miles de personas que la visitan para contemplar y escuchar el espectáculo de luz y sonido que el Ayuntamiento ha instalado en estas navidades. Quizá lo sensato sería cerrar el barrio en las horas diurnas para que no se contemple su estado calamitoso y abrirlo en las nocturnas para que nos invada el espíritu navideño y la falta de sentido crítico.
Esa es la imagen que la zona más hermosa de la capital traslada a sus visitantes, pero no solo es el casco histórico porque el resto de la ciudad no está mejor, aunque no sea lugar de visita de nuestros turistas. Lo que está claro es que el Ayuntamiento tiene una gran responsabilidad en la imagen que Almería ofrece, pero no olvidemos que los ciudadanos tienen una buena parte de culpa de todo ello.
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