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La Zaranda

Los juegos de la involución

El manido argumento de que a la gente le gusta siempre resulta tan socorrido para justificar que se ofrezca lo deleznable.

Manuel Molina

Sábado, 9 de marzo 2024, 22:25

Desde que en televisión triunfaran los programas en los cuales básicamente se premia no hacer nada y caso de que se intentara hacer algo, no debe trasvasarse el cerco que acota lo chabacano, intrascendental o la caricatura sexual, reconozco que habíamos llegado al limes, a ... la frontera de la involución. La cuatrilogía popular y escatológica por antonomasia: 'caca, culo pedo, pis', volvía para expandirse como alien en el mundo catódico y digital. El manido argumento de que a la gente le gusta siempre resulta tan socorrido para justificar que se ofrezca lo deleznable. Parecían superados los chistes de Arévalo sobre mariquitas y gangosos, la 'Ramona' pechugona de Fernando Esteso o los cantos de la cabra en el autobús, pero fue un espejismo efímero. La diversión en este país ha sido muy sui generis porque hemos disfrutado quemando gente en una plaza con público entusiasta, arrojando una cabra o pava desde un campanario ante el furor de las fiestas patronales o arrancando cabezas de pato al galope. Nos queda la rémora de ver sufrir un toro ante un matatoros ejecutando un ritual macabro jaleado por la masa.

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