Granada conectada, Granada se puebla, Granada ciudad de la Cultura, Granada ciudad de la Ciencia, Granada Unida, Juntos por Granada, Granada ciudad del Rock, Granada Global, Vamos Granada… y vamos que nos vamos.
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Sorprende la escasa capacidad de sorpresa de todas esas iniciativas, proyectos, ideas, ... planes, estrategias, partidos políticos, partidas de mus, etcétera que llevan por delante el nombre de Granada como un sortilegio. Da igual el apellido porque lo que importa de verdad es el nombre de pila, ya sea bautismal o alcalina. No sorprende que no lleguen nunca a ningún sitio. Lo asombroso sería que alguna vez lo hicieran.
Nadie ha tenido todavía el arrojo de presentarse a las municipales de la plaza del Carmen con un partido llamado 'Málaga en acción' o lanzar una estrategia de ciudad (¿qué será eso?) con una foto imperial de la Alhambra como fondo, sesudos planteamientos para mejorar el tráfico en el Zaidín y el título de 'Sevilla imparable'. A lo mejor por ahí sacábamos algo en claro.
Hace tres lustros se promovió una campaña para popularizar la expresión 'GRAcias, de NADA' como marca turística de la provincia. En un alarde de inventiva, se aprovechaba el 'Gra' del principio para unirlo con el 'nada' del final y alumbrar así, ale hop, el nombre de nuestra ciudad. Genialidad en estado puro. Su éxito fue incontestable. Los mercados turísticos cayeron subyugados ante la brillantez creativa del lema y la ciudad fue literalmente invadida por hordas de turistas al grito de «gracias, de nada; gracias, de nada», que repetían enloquecidos sin saber por qué. ¿Qué habrá sido de aquellas camisetas? Deben estar cotizadísimas en las casas de subastas.
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Granada ha de apostar a caballo ganador y mirar por lo suyo, y lo suyo es la malafollá. ¿Pues alguien imaginar un nombre con más malafollá que Ifmif-Dones? Lo he escrito mal seis veces y a la séptima, cabreado como una mona, me he rendido y he buscado el nombre en internet. Y aun así he vuelto a escribirlo mal la primera vez.
Las efes de la primera parte del nombre me trastornan. El guion es como ese bulto que observas a tus pies cuando acabas de cerrar un maletero atestado. ¿Dónde meto yo ahora esto? Y con el Dones, la tentación de acentuarlo y repetir con Pau aquello de «¡grita, aaaa!» es insuperable. Pero el Ifmif ya está aquí. Y seremos la capital de la ciencia y la innovación. Y ojalá a nadie se le ocurra bautizarlo con un nombre más fácil y simpático. No seríamos nosotros.
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