Las vacaciones de Trump

Todos aprendimos de chaveas nociones de geología y en los libros se ilustraban las distintas capas de la tierra con franjas de colorines. La corteza terrestre, el manto externo, el interno, el núcleo... todo muy ordenado pero falso porque nunca aparecían rifles en los dibujos, y en algunas zonas de Granada los hay. El subsuelo es ese gran desconocido, como le pasa a los ministros de Industria o de Juventud. Uno pisa fuerte por la acera y se cree que las losetas grises llegan hasta el centro de la tierra, por eso después la decepción es tan grande cuando se descubren los huesos de un moro que pasó por allí hace seis siglos o una 357 Magnum calibre 38.

Igual que los perros escarban en la tierra hasta hacer un hoyo donde esconder sus huesos preferidos, los habitantes de las cavernas enterraban a los muertos en el suelo de la cocina. Luego la muerte nos espantó tanto que inventamos los cementerios y los situamos lejos, a las afueras del pueblo, para que si a los difuntos les daba por huir de la tierra les llevara más tiempo dar con sus deudos.

Maderos y picoletos han encontrado un arsenal escondido en un zulo de tres plantas en la zona Norte de la capital. En el sótano 3 había hasta una galería de tiro para probar el material. No consta que en las otras dos plantas funcionasen una bolera y un gastrobar japonés pero es que la investigación es secreta y aún hay detalles que no han trascendido. La afición del hampa por el subsuelo no es un endemismo granadino, quita, quita. Aquí y allá menudean los agujeros de largo recorrido. Esta misma semana hemos leído la historia de un túnel que conectaba Ceuta con territorio marroquí y que se usaba para transportar mercaderías sin las incomodidades que suelen conllevar los controles policiales en superficie.

Insisto, tenemos un universo por explorar bajo nuestros pies. Quién sabe los asombros que se esconden a unos pocos metros de profundidad, listos para ser descubiertos. Ya Julio Verne fantaseó con los mundos que esperan agazapados camino del centro de la tierra. Intuyo que no solo habrá escopetas y fardos de hachís. Seguro que hay civilizaciones enteras, metales preciosos y hasta un resort con vistas al núcleo para mandar allí a Trump de vacaciones.