San Espinosa de los Monteros

«La autodestrucción de Podemos tiene muchos parecidos con la de Ciudadanos, y en Vox se empieza a perfilar una amenaza innegable de demolición, algo que sería una muy buena noticia para la democracia española»

Marcial Vázquez

Politólogo

Jueves, 10 de agosto 2023, 22:58

Veo que Cuca Gamarra se quejaba amargamente hace unos días porque Pedro Tramp aún no había felicitado al ganador de las elecciones, Raxoi. Una muestra de la idiotez centrista que aturde al PP hasta el punto de que casi un mes después tenga como recurso ... el patalear porque Tramp es un chulo y un maleducado. La realidad es que la izquierda nunca va a felicitar al PP porque cree que los verdaderos ganadores de las elecciones son ellos, no Feijoó, pero parece que en Génova siguen ahogados en ese 'verano azul' de centrismo soplagaitas y ausencia casi absoluta de actividad cerebral política desde la noche del 23-J.

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Queda una semana, hasta el 17, para tomar la verdadera temperatura del agua turbia socialista con la constitución de la Mesa del Congreso, una pieza clave de cara a la próxima legislatura destituyente, que se llamará así en honor a todo lo que le piden a Pedro para que siga disfrutando de la Corona republicana confederal, próxima estación de la izquierda trampista autoritaria. De ahí que haya salido Page, ese farsante redomado, a mostrar su preocupación por lo que va a tener que hacer el PSOE si quiere seguir en el poder, y el futuro más inmediato que nos espera en manos de los enemigos de España o de la Constitución, no recuerdo exactamente sus lamentaciones.

Es verdad que Emilio es el único de la triada de farsantes de ese «PSOE de Estado» que sobrevivió por los pelos, a pesar de que Guillermo –el cual dijo al día siguiente del 28M que abandonaba la política– ya está calentando su escaño en el Senado y Lambán le acompaña también después de que aclarase públicamente que no tiene ningún problema con Pedro y que es un militante socialista «absolutamente disciplinado». Desde luego, el heroísmo en el PSOE ha terminado en el mismo sitio que la vergüenza: pisoteado sin escrúpulos.

Como ya he escrito algunas veces, el principal problema de nuestra democracia no es la corrupción, ni siquiera las autonomías centrifugadoras del bien común, sino los propios partidos políticos en sí. Esto tiene un grave problema a la vez: una democracia liberal no puede existir sin partidos políticos. Es más, los partidos son los cauces más adecuados para el correcto funcionamiento del pluralismo político y la convivencia pacífica. Hay otras fórmulas de participación, pero de difícil encaje en nuestro hábitat público, que ya está bastante dañado.

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Todos los partidos políticos, ya sean los de ahora, los de ayer o los de mañana, sufren los mismos vicios y pulsiones totalitarias, pero con una diferencia: solo sobreviven aquellos que están con un anclaje muy fuerte en la historia y en el poder –el PSOE– o en el poder, como el PP. La autodestrucción de Podemos tiene muchos parecidos con la de Ciudadanos, y en Vox se empieza a perfilar una amenaza innegable de demolición, algo que sería una muy buena noticia para la democracia española.

En las turbulencias dentro del partido que quiere imitar al dictador Orban son llamativas dos mentiras: la beatificación de Espinosa de los Monteros; y eso que no dejamos de oír de los 'expertos' opinadores sobre el 'ala liberal' de Vox, que quedaría así herida de muerte con la marcha de Iván. Lamento decir que en la derecha falangista de Abascal nunca ha existido nada parecido al 'liberalismo', más allá de alguna pincelada puntual o esporádica sobre alguna política o político.

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Hay quien fantaseaba con esa corriente liberal y patriótica en el entramado voxista, no sé si por pura ignorancia o por necesidad de autocegarse para no ver la verdadera naturaleza del proyecto purasangre española. Luego están los que piden un verdadero 'partido liberal' en nuestro país, pero la urgencia de los tiempos nos dice que ahora mismo lo necesario no son verdaderos liberales sino verdaderos demócratas. ¿O acaso no puede haber verdaderos demócratas si no hay verdaderos liberales?

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