En mi investigación sobre el viaje de Pío Baroja a Granada me encontré con una carta publicada en El Defensor de Granada, (15-12-1924), ... firmada por el presidente de la asociación 'Juventud de Acción Cultural', José Murciano, donde expresaba su malestar por el trato recibido por los ilustres viajeros: Ortega y Gasset, Pío Baroja y Domingo Barnés.
Aunque su nombre aparecía en los textos de Ian Gibson, Francisco García Lorca o Agustín Penón, no lo asocié con este joven Murciano. ¿Quién fue José Murciano? En 1918, siendo estudiante de bachillerato, fundó la revista El eco del Aula, que en su número del 27 de marzo publicó una reseña del primer libro de su gran amigo, Federico García Lorca.
Conservamos una postal y una carta de Lorca a Murciano y otra carta. En esta última Lorca se refería a su amigo como «uno de los pocos muchachos de gran talento que tiene esa decadente universidad». Por esa época (1921) ya cursaba estudios de Medicina.
En su expediente, que se puede consultar en el Archivo de la Universidad, podemos leer que nació el 18 de enero de 1901, en Getafe (Madrid). Francisco García Lorca fue su compañero en el bachillerato y lo describe físicamente como «un jovencillo menudo. Tenía una pierna defectuosa que le causaba una marcada cojera. […] Tras unas gruesas gafas de miope, le brillaban vagamente felinos unos grandes ojos clarísimos». También lo define como alguien que vivía en un mundo de fantasía.
Estas dos cartas, así como una pequeña pieza teatral y dos poemas los conservamos gracias a su hermana, Amparo Murciano, que se los ofreció a Agustín Penón, que también le permitió copiar algunos fragmentos de su diario íntimo.
En 1925 obtiene el título de Medicina. El 31 de mayo, en el hotel Washington, celebraron una comida los nuevos licenciados junto a sus maestros, entre ellos, el doctor Pareja Yévenes, su cuñado. Entre las intervenciones de los asistentes José Murciano, en su discurso, insistió en que las generaciones de médicos se reunieran anualmente, como antiguos alumnos de la Universidad granadina, proyecto que nació en 1928.
El 13 de setiembre de 1927 El Defensor publicó la noticia de su muerte donde se nos informaba que ejercía la medicina en Lanjarón.
El 1 de octubre, también en El Defensor, aparece un artículo firmado por Luis Jiménez Pérez dedicado a José Murciano al que define como «puro e íntegro, con algo de lirio que desaparece blandamente, cándidamente, bajo la tarde».
Aunque en este artículo no nos dice nada de la causa de su muerte, en una conversación que mantuvo con Eduardo Molina Fajardo y que éste recogió en su libro Los últimos días de García Lorca (1983), podemos leer que Murciano, después de un fracaso amoroso, se entregó a la droga y murió pronto.
Poco más conocemos de este granadino singular.
En el centenario del Ateneo de 1925, quiero recordar que José Murciano perteneció a su primera Junta Directiva como uno de los vocales de la sección de literatura.
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