Pueblos que vuelven a llenarse

De vez en cuando salen a relucir esos problemas atávicos, que nadie sabe cómo solucionar. Uno de ellos es lo que se ha denominado como « ... La España vaciada», es decir, que cada vez hay menos habitantes en muchos pueblos de todo el país, concretamente en la España rural. Esta preocupación se hizo visible hace mucho tiempo, concretamente entre los años 1950 y 1975, cuando se produjo un éxodo de grandes proporciones hacia los países europeos y dejaron «vacíos» los pueblos, salvo en las fiestas patronales del verano, cuando regresaban los emigrantes a estar con sus familiares que quedaban aquí. Desde entonces, la despoblación no ha conseguido invertir el proceso, sin que se haya elaborado algo parecido a un plan general que aporte soluciones, para que la vida regrese a los tristes pueblos donde viven apenas algunos ancianos, que tienen que soportar unos servicios muy precarios, entre otras carencias. Los estudios que se vienen haciendo desde aquella despoblación por la vía de la emigración, marcan un nuevo hito, cuando se llega a constatar que el noventa por ciento del territorio español se ve afectado Los pueblos actualmente siguen soportando esa alta proporción, a la vez que los precios de las viviendas en las ciudades pobladas no paran de subir, con las consecuencias conocidas de la dificultad de encontrar casas para habitar con dignidad. Ante estas situaciones, poco a poco, lentamente, van surgiendo nuevas iniciativas, que tratan de abordar estos problemas, pues se trata de un asunto muy complejo, que afecta a muy variados sectores y situaciones concretas también diferentes, según las zonas del país. Lo más importante ya lo tenemos que es una conciencia generada por un movimiento social y político que busca revertir esta tendencia y reivindicar la calidad de la vida en el mundo rural, siempre que existan los mecanismos y los sistemas que sean efectivos en el acceso de las necesidades que requiere la vida en estos tiempos complejos.