Edición

Borrar

Un pasillo más blanco

Mover a los fumadores de sitio no va a apagar el humo, esa es la señal que no hay que perder de vista

Marta San Miguel

Domingo, 7 de abril 2024, 22:05

Esta semana volví al instituto donde había estudiado bachiller para dar una charla a un grupo de alumnos. Después de varias décadas, volví a pisar aquellos pasillos, y lo que más me llamó la atención no fue que en vez de sonar un timbre estridente ... y feo para avisar de que la clase ha terminado, ahora lo que suena es música pop o rock por los altavoces. Lo que más me llamó la atención fue la claridad de los pasillos. Algo había cambiado. Al principio pensé que le habían dado una mano de pintura a todo el edificio. Parecía más blanco, como si hubieran abierto ventanas donde antes había tabiques, pero en realidad se debía a otra cosa: en esos pasillos, nadie estaba fumando. A finales de los 90, menos en las aulas, en los institutos se fumaba en todos los sitios, hasta en los baños; ahora tienen que salir del edificio y del recinto para encender un cigarro, y además alejarse de la zona escolar. Es una paradoja que una sustancia legal como el tabaco esté penalizada con leyes que ponen cada vez más difícil su consumo mientras los 'vapeadores' campan a sus anchas en cualquier tienda; de ahí que el nuevo plan antitabaco, que tiene en los espacios privados o las terrazas su campo de batalla, vuelva a generar fricción entre los derechos de ambas partes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un pasillo más blanco