Melchor, adiós, hasta siempre
Sólo me queda el vacío, la ausencia, el dolor que siento por la pérdida del amigo, de mi amigo y nuestro amigo
César girón
Granada
Martes, 19 de febrero 2019, 23:32
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César girón
Granada
Martes, 19 de febrero 2019, 23:32
Me he tenido que enterar por un avance del periódico, como a él le habría gustado, de la noticia: «Fallece Melchor Sáiz-Pardo Rubio, histórico director de IDEAL». El rayo asesino ha sido tan certero que ni algunos miembros de su familia aún lo sabían ... y él ya estaba informando a los lectores. ¡Ay Melchor, sí, pero no tan rápido!
Hace unos días que hablé con él y me dijo que no estaba mal. Quedamos en que pasaría por su casa para contarle algunas cosas de esas que él siempre gustaba de conocer el primero y a mí de consultarle, y ya no va a poder ser. Me quedo con las últimas palabras que le escuché pronunciar: «Bueno, monstruo, ya que no me avanzas nada, ven y me lo cuentas pronto, no me tengas esperando»; y ahora sólo me queda el vacío, la ausencia, el dolor que siento por la pérdida del amigo, de mi amigo y nuestro amigo, que se ha marchado sin despedirse y para no volver. Tal vez mejor así que ver una llama consumirse hasta apagarse sin que nada se pueda hacer.
Son muchos los momentos vividos y las conversaciones mantenidas junto a Melchor y que no pudiendo narrarlas ahora reservo para más oportuno momento y lugar. Fueron muy diversas las aventuras en las que unas veces me embarcaba él y otras en las que lo subía yo, pero siempre, con su bonhomía y talante positivo, la mejora de Granada y el progreso en el horizonte eran el trasfondo.
Tal vez una de las cosas más bonitas que me hayan dicho jamás fue el escuchar un día a un común que lo conocía bien que «los mejores amigos de Melchor éramos su perra Greta y yo»; y me sentí orgulloso, muy complacido. Porque Melchor era antes que nada humano, al mismo tono, bueno, y en igual nivel, amigo de sus amigos, en toda la extensión semántica del término, que es lo mismo que decir, que era una buena persona.
Muchas veces recuerdo lo que me dijo cuando lo incluí como uno de los personajes destacados de 'Caso Cerrado', mi novela triunfadora en el Premio Internacional de Novela Negra de Carmona, y me sonrío: «Chato, por qué no me has puesto de James Bond», con su particular tono atiplado de voz, que difícilmente habría podido ser el personaje que me sugería.
Melchor: siento tu marcha inesperada e inoportuna, porque esto no se hace a los amigos. Pero que sepas, allí donde estés y comiences a comprender tantos de los enigmas existenciales que te planteabas sobre el hombre, su origen y la existencia de Dios, que jamás te olvidaremos. Ah, y una cosa, dile ahora a Stephen Hawking que no compartes sus puntos de vista…
Con el corazón transido de un nuevo desencanto ante la vida por tu marcha, te despido. El mejor de mis abrazos, el más poderoso de mis recuerdos contigo y el mejor de nuestros sueños, te acompañen. Adiós Melchor, hasta siempre.
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