Memoria histórica
CÁTEDRA FILOSOFÍA UGR ·
La movilización social fue clave en que algunos gobiernos del país adoptasen unas políticas de la memoria más decididasCÁTEDRA FILOSOFÍA UGR ·
La movilización social fue clave en que algunos gobiernos del país adoptasen unas políticas de la memoria más decididasSe trata de uno de los numerosos términos asociados al concepto 'memoria'. Se refiere a la memoria que una sociedad, un grupo social o un ... individuo guardan sobre su pasado traumático. Como tal, la memoria histórica no reconstruye ni explica los hechos históricos: supone una interpretación personal o grupal del pasado desde el presente sin recurrir a las metodologías y fuentes propias de la Historia, lo que la invalida como instrumento para acercarse a lo que podríamos llamar verdad histórica.
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El concepto memoria histórica emergió con fuerza en España a finales del siglo XX, teniendo como acontecimiento clave la exhumación de la primera fosa de víctimas de la violencia franquista mediante técnicas arqueológicas y forenses en Priaranza del Bierzo (León). Tras la inhibición casi absoluta de los gobiernos de la Transición (1975-1982) y posteriores sobre la recuperación del pasado de la guerra y la dictadura, comenzaron a constituirse entonces asociaciones por todo el territorio nacional que, finalmente, cristalizaron en la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, a la que le siguieron otras como el Foro por la Memoria, entre otras.
Desde entonces hasta hoy han acometido la apertura de fosas y la dignificación de las víctimas del franquismo. Esta movilización social fue clave en que algunos gobiernos del país adoptasen unas políticas de la memoria más decididas: primero a través de la insuficiente ley de la memoria histórica de 2007, y recientemente por la ley de memoria democrática (2021), aprobada por el gobierno del PSOE y Unidas Podemos y pendiente de aprobación por el parlamento.
La memoria histórica provocó una reactivación de las 'batallas por la memoria' en España. Mientras que los partidarios de la recuperación de lo sucedido insistían en afrontar el pasado y reclamaban más políticas activas, otros apelaban a la necesidad de no abrir viejas heridas, superar el pasado y no poner en juego los éxitos del país en los últimos años. No eran conflictos por la Historia, siempre compleja y con matices. Eran conflictos por la memoria: por la interpretación del pasado de la II República, la guerra civil y la propia dictadura.
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