La mujer del César
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Cuando los casos se comienzan a archivar porque han prescrito, empieza una mosca a darme vueltas por la oreja, y dale que te pegoSecciones
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Puerta Real ·
Cuando los casos se comienzan a archivar porque han prescrito, empieza una mosca a darme vueltas por la oreja, y dale que te pegoCon esto de los jueces y fiscales hay que andarse con pies de plomo, porque tal y como están las cosas, te encasquetan un muerto en un santiamén, o te archivan un caso en menos que tarda en persignarse un cura loco. Yo siempre he ... defendido que tanto en la fiscalía como en la judicatura debería existir un departamento de Asuntos Internos, para que velara por la justicia que se les imparte a los ciudadanos, y no quede el menor atisbo de sospecha, porque ya se sabe que no basta con que la mujer del César sea honesta, sino que es muy conveniente que también lo aparente.
Tomando café la otra tarde con un ex juez amigo, de larga y brillante trayectoria en esta ciudad, conveníamos que tal vez la asignatura pendiente de la democracia aún es que no se han metido un par de docenas de jueces y fiscales en la cárcel, otorgando una especie de patente de corso o derecho de pernada, a quienes hacen de su toga un sayo.
Casos flagrantes como el fiscal de Baleares con el caso Urdangarin y su señora Infanta de España, que acabaron con la amistad de muchos años entre el fiscal y el juez instructor, son más frecuentes de lo que creemos, pero no salen a la luz porque el corporativismo de los togados en este país es de toma pan y moja, prestándose los panes unos a otros, como favores de ida y vuelta. Yo no digo que esto sea verdad, pero a la luz de los acontecimientos, cuando un fiscal se convierte en el mejor defensor del acusado, a mí se me pone el pelo como escarpias. Pongo por caso hipotético, uno en el que se juzgara a políticos municipales y técnicos de un ayuntamiento, junto con venerados constructores de la ciudad, y se diera la paradoja de que un hermano del fiscal trabajara en la empresa municipal que se encarga de construir, otro hermano fuera funcionario y su cuñado también. Jolines, pues es como para montar un sainete. Menudo papelón el del fiscal. Si a esa hipótesis le añadimos que el cuñado de uno de los constructores implicados es juez de lo penal –pongamos por caso– que podría tener intereses económicos a través de su esposa, claro, en asunto de ocio relacionado y encausado, pues es que esto, no hay serrallo que lo resista. Ya digo que todo esto es una elucubración mía, y no sucederá nunca, pero si existiera esa policía interna que pudiera investigar a jueces y fiscales sin tapujos, ¿dormiríamos más tranquilos?
A mí no me gusta pensar mal de nadie, y menos de quienes tienen el alto deber de impartir justicia, pero cuando los casos se comienzan a archivar porque han prescrito, empieza una mosca a darme vueltas por la oreja, y dale que te pego, y dale que te pego, que no me deja dormir tranquilo, y entonces, comienzo a tirar de hemeroteca, a hablar con jueces amigos y abogados, y empiezo a descubrir cosas que no me gustan. Luego, ya me despierto.
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