![Notre Dame](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201904/19/media/cortadas/136831289-ktDH-U7012123196211qH-624x385@Ideal.jpg)
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El incendio de la Catedral parisina de Notre Dame (advocación a Nuestra Señora) ha entristecido al mundo. Es uno de los templos más visitados, construido en 1163, con el único fin de dar gloria a Dios, a través de su Madre. Además, en el devenir ... de la historia, esta hermosa basílica rodeada por las aguas del río Sena, ha sido lugar de importantes acontecimientos históricos: la coronación de Napoleón (1804) como emperador de Francia o la canonización de santa Juana de Arco (1909). También ha sufrido atentados durante la Revolución Francesa (1790), siendo profanada su importante imaginería religiosa. Con las revueltas de la Comuna se prendió fuego a sus bancos. En el transcurso de la II GM estuvo en peligro, como otros monumentos emblemáticos. Antes de ser liberada la ciudad de la amenaza nazi, Hitler ordenó su destrucción sin llegar a conseguirlo. Si durante nueve siglos este monumento, manifestación de la fe y el amor a Dios, ha sido una tentación para la demolición por sus enemigos, deberían investigarse a fondo las causas del incendio. El escritor y dramaturgo Víctor Hugo, publicó la novela 'Nuestra Señora de París' (1831), que luego fue llevada a la gran pantalla por Disney con 'El jorobado de Notre Dame', con los conocidos protagonistas de Quasimodo, Esmeralda y Frollo. Así ha ido ganando popularidad esta magnífica obra gótica, con reminiscencias del románico, que le da cierto aire a la catedral de Burgos, por los rosetones, arbotantes y la abundante decoración escultórica. Ante esta desgracia cultural, ha reaccionado de forma inmediata el presidente francés, Macron, haciendo una llamada a la unidad y el patriotismo de los franceses, que de nuevo afrontan el reto de superar la adversidad.
En los últimos años, Europa ha tenido que hacer frente al fundamentalismo islamista que pretenden destruir la civilización occidental. En ese resurgir de las cenizas, se han solidarizado con una respuesta admirable muchos países, incluido Trump, quizá por la similitud de la caída de la aguja de 93 metros de la catedral y gran parte de la techumbre, con la de las Torres Gemelas el 11-S. De ahí que 'Le Figaró' titulara: «Notre Dame de la tristesse», en alusión a la imagen de la Virgen que esboza una leve sonrisa, que ha sido encontrada incólume. Por fortuna, los daños no son irreparables y se podrá realizar su rehabilitación. Los medios de comunicación señalaban la importancia de salvar los cuadros y las obras de arte, como la Túnica de san Luis. Así se ha conocido al Padre Fournier, el capellán del Cuerpo de Bomberos de París, y uno de lo héroes de esta catástrofe, cuyo primer objetivo al adentrarse en el templo en llamas fue retirar lo más valioso, más que todas las obras de arte: el Cuerpo de Jesucristo sacramentado; también ha rescatado la reliquia de la Corona de Espinas.
Notre Dame supuso antaño, cuando existía una fe viva, una figura emblemática de la Cristiandad; pero ahora, con la secularización laicista, se ha convertido en un simple museo más. Esta catedral parecía que había sorteado los avatares de la Reforma Protestante, la Revolución Francesa, la ideología liberal, el comunismo e incluso el modernismo teológico. Pero qué duda cabe que esta joya parisina corre la misma suerte que la sociedad occidental, según el diagnóstico reciente del Papa emérito Benedicto XVI, en el periódico bávaro 'Klerusblatt': «Dios está ausente de la esfera pública y no tiene nada que ofrecerle». Denuncia la pérdida de la fe, incluso dentro de la misma Iglesia: «La forma en la que la gente recibe el Santísimo Sacramento en la comunión, como algo rutinario, muestra que muchos la ven como un gesto meramente ceremonial». De ahí que pueda aplicarse la metáfora de que la reconstrucción material de la catedral parisina, es un paradigma de la necesaria reconstrucción moral de Europa desde las cenizas. Es urgente dicha reconstrucción, siempre que, como hasta ahora, no se limite a hacer un edificio más para el turismo, carente del significado primigenio y la finalidad para la que fue construido.
Como apunta el arzobispo de París, Michel Aupetit: «La catedral no se construyó sólo para albergar valiosas reliquias y otras obras de arte. Se hizo principalmente para guardar un trozo de pan» y «nosotros creemos que ese pedazo es el Cuerpo de Cristo».
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