Una ocasión para examinarnos
La Carrera ·
Los principios frente a la deshumanización; el tiempo pausado, acompasado frente a la aceleración. Es la ocasión de valorar a las personas sustanciales para nosotrosSecciones
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Los principios frente a la deshumanización; el tiempo pausado, acompasado frente a la aceleración. Es la ocasión de valorar a las personas sustanciales para nosotrosLa vida de golpe se ha precipitado. Estamos en un momento alarmante de absolutas incertidumbres. Lo único que sabemos es que pasará bastante tiempo hasta que sepamos con certeza las dimensiones y el alcance de esta enfermedad y sus consecuencias. Pero sabiendo el alto coste ... en vidas, salud, economía, y en otros tantísimos sentidos que el COVID-19 nos va a dejar, quiero empeñarme en percibir estos momentos como un tiempo de oportunidad, un momento crucial para que el mundo se mire al espejo e intente reconocerse, para que nos preguntemos por lo fundamental de nuestra existencia. Leo que después de estos días de emergencia sanitaria por el coronavirus en Italia y con las medidas desplegadas en aquel país, las aguas de los canales de Venecia corrían más limpias y en ellas se podían ver algunos peces, cosa que hasta ahora era muy difícil. Una paradoja de la situación que se vive allí y en prácticamente todo el mundo. Las calles se ven expeditamente vacías de vehículos, las emisiones contaminantes se han visto reducidas por el parón industrial y comercial. La gente está dejando de volar. En China con tanta contaminación en las ciudades y tantas muertes por ello, la situación en ese sentido ha cambiado con el aire más puro.
Paradójico. Las prisas, la tensión en que nos envolvemos en la vida laboral, esa vorágine del no parar, de golpe, todo eso se ha detenido. Estamos en casa con los nuestros, sin excusas para mirarnos, para hablar, para descubrirnos. Es la gran oportunidad para salvarnos de nosotros mismos, para abrazar al planeta, para redimirnos de ese otro virus que recorre el mundo que es la exacerbada polarización y saber que hay más cosas, fundamentales, que nos unen, que las idioteces que nos separan. Reclamemos un retorno a la vida contemplativa para recuperar el silencio reflexivo, el silencio sonoro. Los principios frente a la deshumanización; el tiempo pausado, acompasado, frente a la aceleración. Es la ocasión de valorar a las personas substanciales para nosotros, las cercanas y las que de verdad aportan a nuestra vida el vigor de la fidedigna moralidad. Es la oportunidad de saber apreciar la belleza de lo sencillo, de los gestos cotidianos, de esas cosas simples, y que dan sentido a nuestro día a día. Es una ocasión única para examinar no sólo nuestra vida personal, sino también social.
¿Y no es también momento de revisar la desnortada política actual, la de la permanente diatriba? Tenemos en nuestras manos que la crisis que estamos viviendo desemboque en una perspectiva positiva o negativa. Crisis significa en latín decisión, elección. Habrá que tomar muchas decisiones después de esto. Camus, en La peste apuesta por la solidaridad, la fraternidad y la heroicidad del hombre común. Dice 'En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio'. Y ahora ante todo descubrimos que los hombres no somos islas. Nos necesitamos, necesitamos abrazarnos, darnos la mano, charlar codo con codo, besarnos. Nos necesitamos para palpar el corazón de la existencia.
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