![Otegi es mejor que Rivera](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201906/28/media/cortadas/otegui-kW4E-U80631233894tvD-624x385@Ideal.jpg)
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Un reportero de la Sexta tuvo la genial idea de entrevistar a unos jóvenes en la semana de la selectividad para ver cuánto sabían de Franco y del franquismo. Algo crucial, porque pudimos comprobar como la juventud tiene el cerebro preparadísimo para que el sanchismo ... populista les instale ese chip de la desmemoria histórica que algunos intentan disfrazar de rigor académico desde la inmerecida reputación de su cátedra. Las preguntas no eran demasiado complicadas -de qué murió Franco, quién fue su sucesor o qué estaba prohibido durante el franquismo; pero las respuestas fueron insuperables: a Franco lo asesinó la CIA, Carrillo fue el sucesor de Franco y lo que estaba prohibido durante la dictadura era el heavy-metal-. En este país hace mucho tiempo que no se enseña ya historia propia, y no tardará mucho en ser casi milagroso aprender el español.
De ahí que no deba de sorprendernos demasiado aquella que se publicita como la diputada más joven del Congreso -imagino que será así- escribiera en su tuiter lo siguiente: «Hemos llegado a un punto donde la verdadera amenaza para el país es que Ciudadanos esté en las instituciones». No un partido golpista, no otro bolivariano, ni qué decir de la nueva Herri Batasuna, no; aquí la verdadera amenaza es que un partido liberal, incluso socialdemócrata en muchas partes de su cuerpo, tenga representación en los ayuntamientos y parlamentos. Porque, al fin y al cabo, ya remató a placer la emérita de Cabra: Rivera había convertido su partido en la 'extrema derecha'. En resumen, no solamente es igual que VOX, sino peor que Bildu. Y, por supuesto, Albert Rivera es mucho más indeseable que Otegi y similar al dictador de Turquía. Esta es la estrategia no a corto plazo sino a medio y largo del partido socialista de cara a Ciudadanos: intentar dinamitarlo desde dentro, mientras estruja de manera infame desde fuera. Verdugos voluntarios en uno y otro lugar no les falta, para alivio de Casado, que ya no es el enemigo número uno de Pedro Sánchez.
Es cierto que he defendido la necesidad de que Rivera se abstenga para facilitar la andadura de un nuevo gobierno, no porque Sánchez vaya a gobernar nada, sino porque al menos habrá un gobierno al que hacer oposición. Pero después de estos últimos días, si el líder de Ciudadanos cede en su postura del 'no es no' al sanchismo, entonces no solamente ha terminado su carrera política sino que el partido naranja quedará listo para la inminente liquidación prosanchista, al estilo del final de UPyD, pero con muchísimo más futuro y poder en sus manos que entonces Rosa Díez.
Si a Rivera le plantean un desafío directo a su supervivencia, no podemos esperar que actúe con 'sentido de Estado', porque eso sería sacrificar su persona y su partido a mayor gloria de quien ha empezado a blanquear a Batasuna y se prepara para indultar a los golpistas de Cataluña. Al menos si uno se inmola que sea por el bien común, que no es lo mismo que el bien sanchista, por mucho que los medios casi hegemónicos de la izquierda populista nos quieran convencer de ello.
Llama la atención la diferencia existente entre la espantada de una figura relevante de Ciudadanos- Toni Roldán- de cualquier otro disidente del partido socialista. Lo que demuestra que la cultura de partido del PSOE es absolutamente resistente a pruebas de cualquier bomba moral, personal y política que le echen. No hay más que recordar cuando se fue Soraya a Ciudadanos frente a la reacción de los ex compañeros de partido de Roldán, en su mayoría agradecidos y respetuosos con el recuerdo del que se va. Si a esto unes los elogios sorprendentes de múltiples representantes del socialismo, parece que Toni es una especie de Churchill y Olof Palme afrancesado. No sé si su futuro estará en el partido de Valls o en el pedrismo, pero es pronto para hacerle homenajes de vieja gloria a quien es tan joven y no está tan clara su retirada gratuita.
¿Qué quieren los medios al servicio de Pedro Sánchez? Que Ciudadanos se arrodille ante el ganador de las elecciones y sea su alfombrilla camino de la Moncloa. En este sentido la actitud del PSOE nos lleva a una democracia que empieza a estar tutelada por esta secta totalitaria, feminista, ecologista y pronto vegana en que se ha convertido el socialismo de nuevo cuño secular. Todo lo que no sea estar al servicio de la izquierda y asumir su discurso absoluto y trasnochado significará ser antidemócrata y, por consiguiente, fascista. La senda, qué duda cabe, es peligrosísima, pero por ahí nos deslizamos todos mientras el mayor trilero de nuestra historia juega a estadista de sí mismo en el Falcon.
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