Pepe 'El Tomillero' está triste. En nada de tiempo se le han ido dos compañeros, dos amigos, y por más que su recuerdo los mantenga activos sabe bien que no están visibles en el paisaje almeriense por el que tanto lucharon y tanto defendieron. Esta ... semana fue Juan Domínguez y al iniciarse el mes, Paco Moncada. Dos profesionales que han hecho historia en el periodismo de Almería, que trabajaron con amor y entusiasmo abriendo nuevos caminos en la radiodifusión y cumpliendo, uno a uno, los preceptos de la radio como instrumento para la educación, la información y la orientación a la sociedad de una manera dinámica. Mensajeros que supieron usar como nadie las ondas y las herramientas puestas a disposición de un oficio en el que seguían un guion, pero con la capacidad de mejorar con la improvisación lo estrictamente académico. Ya no están, pero su personalidad y sus voces quedan en el recuerdo de cuantos, en algún momento, se sintieron envueltos en el poder de su comunicación.
Cuando fallecen personas con las características de ellos, su pérdida se siente como la de un familiar cercano, ese que nos ha contado historias a lo largo de toda su vida, que nos ha emocionado con sus palabras, que nos ha creado la ilusión y la magia de imaginar, en tecnicolor o en blanco y negro, los paisajes que nos han hecho crecer. Son, en definitiva, personas con las que hemos pasado gran parte de nuestra vida, en casa, en el coche, en la oficina, en el comercio, en el taller, en la playa, en el bar, a la hora del desayuno, del almuerzo, de la merienda, de la cena. Juntos hemos sido protagonistas de hazañas locales, de encuentros inesperados, del día a día de nuestra tierra… nos han emocionado tanto desde la modulación de sus voces como desde los silencios meditados, desde el directo y el diferido, desde los buenos días hasta las buenas noches.
Maestros de la radio, investigadores de la comunicación, cada cual, en su responsabilidad y competencias, han transmitido sus conocimientos y experiencia de manera generosa a distintas generaciones de comunicadores y periodistas, siempre con la honestidad del profesional que no solo busca la verdad, sino que, junto a ella, emplean el alma como arma para darla a conocer a los demás, que deleitan y forman, que ofrecen sin pedir, que se convierten en ojos, mentes y brazos de quienes, desde lejos, reciben en sus oídos los mensajes que siempre emitieron y que eran de paz por más que alguno les constara algún disgusto.
El paisaje de Almería ya no es igual. No están ellos. No hay sus encuentros ni reencuentros en el Paseo Marítimo, en el Paseo, ni en la plazoleta San Pedro, ni en Retamar, ni en el Casco Histórico, ni en Puerta de Purchena, ni en Alcalde Muñoz, ni en Padre Luque. Pero quedan los recuerdos y el eco de unas voces excepcionales que lo que más repetían era la palabra 'amigo' y lo curioso es que el sonido les salía de todos sus poros, de todo su cuerpo porque eran eso, amigos.
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