El parque de los Robles y el señor Anuncios
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Un cara a cara es una final de fútbol con tensión, miedo a los errores y pizarra, más el azar de la pelotita. Los alcaldables de Jaén dejaron poso y, este martes, los de las llavesCampaña ·
Un cara a cara es una final de fútbol con tensión, miedo a los errores y pizarra, más el azar de la pelotita. Los alcaldables de Jaén dejaron poso y, este martes, los de las llavesAgustín González (PP) fue al ataque desde el principio y sin remilgos: «¿dónde está su programa electoral», «yo sí tengo un proyecto serio y además Juanma Moreno no me dejaría hacer otra cosa», «tiene que salir más a la calle, yo sé que le ... critican», «yo soy un servidor público y un gestor que aprobó unas oposiciones», «a mí no me escriben los discursos». Julio Millán (PSOE) hizo oídos sordos por lo general y colocó sus dardos de forma sibilina, como cargas de profundidad de efectos retardados: «lo mismo entonces no estaba usted por aquí», «nuestro lema es 'ni robando ni dejando que nos roben'», «es triste que ponga en duda el Cetedex», «cuál es su opción sobre el tranvía, porque cambia su programa como Groucho Marx, si no le gusta este tengo otro», «peligra el hotel Rey Fernando», «quedan muchas cosas por hacer, pero es que ustedes dejaron mucho pendiente».
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Si González intentó sacar a Millán de sus casillas y alterar su imagen de 'buenismo, bien, gracias', hubo dos conatos de ello, cuando acusó al alcalde de estar acostumbrado a no dejar hablar a los demás y con los fondos DUSI, pero tras los arañazos recogió cable. Y si Millán quiso que el debate no se descontrolara en un correcalle, en la primera parte dejó la iniciativa a su adversario, sin aprovechar por ejemplo las constantes alusiones de González a la Junta para recordar la escasa inversión autonómica, optando por un perfil bajo y a la defensiva, para en la segunda mitad parecer más cómodo con los asuntos sociales, turismo, cultura o deporte y donde el candidato del PP estuvo más romo, mientras que en la primera fue más contundente y seguro, sin consultar apenas los papeles, sólo el guion de la tableta.
González estuvo en general por encima de lo esperado para ser su primer debate, con estudio previo, asesoramiento y tiempo para prepararse en su doble condición de opositor. Millán, que también estudió, confió más en sus tablas, gestión y en los 'tropiezos' preliminares del 'popular' a cuentas del tranvía y la ubicación de la Comisaría de Policía Nacional.
Más allá de las propuestas y los marcos, los sambenitos quedaron claros. Millán intentó dibujar a un candidato del PP que si bien es nuevo su partido tiene pasado reciente en el Ayuntamiento, así como su falta de experiencia municipal. El ejemplo más claro de esa estrategia fue al mostrarle una foto de cómo estaba el parque de los Robles e insistirle en preguntarle si sabía dónde estaba. De ahí que González dijera en su 'minuto de oro' que da igual dónde se nace o se vive unos años, que lo importante es «el amor a Jaén». Y el candidato del PP dibujó a un Millán del que dijo que lleva media vida en política y que ha dejado cosas por hacer («el señor Anuncios», le llamó).
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También quedó patente que la marca Millán está por encima de las siglas de su partido (apenas hizo alusiones y tampoco a dirigentes), mientras que en el PP procesionan a Juanma a ver si llueven votos. Hasta el punto de que ayer la Junta Electoral de Granada ordenó la «inmediata retirada» de la campaña que incluye cartas a los votantes en las que aparece Moreno como presidente de la Junta pidiendo el voto para los candidatos del PP, también el de Jaén, pues «se apropia de una figura institucional» y rompe el «principio de igualdad entre partidos políticos», dijo.
Y el martes será el debate de los dueños de las llaves del próximo gobierno, Francisco Sánchez del Pino (Podemos-Jaén Sentido y Común), Manuel Carlos Vallejo (Jaén Merece Más), Carmen Soria (Para la Gente) y Gabriel Soria (Ciudadanos) – Vox ha declinado, aduciendo razones de agenda –. El PSOE quedó en 2019 a tres concejales de la absoluta y el PP, a seis, por lo que es probable que necesiten pactos o acuerdos, e incluso puede que el domingo próximo se reparta más de una llave.
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Y el viernes cerró en el Ayuntamiento el cuatrienio más duro (pandemia, inflación, guerras internas, casi moción de censura). Ello, unido a que más de la mitad de los ediles no sigue, desbordó las emociones acumuladas y convirtió la sesión en terapia de grupo, en un pleno 'kleenex'. Lo han pasado mal o se lo han hecho pasar, y ello humaniza la política, más aún la municipal, que tanto sacrificio requiere.
Cuatro de los cinco portavoces no siguen. Demasiado capital desperdiciado para un consistorio necesitado. Tan duro ha sido que la portavoz de Vox dijo que ahora pasan «a mejor vida», después de haber aprendido «la miseria humana y la traición». Así que todo no fue llanto. Su compañero de grupo y examigo sentenció: «Algunos, muy pocos, tanta paz lleven como descanso dejan». Ite missa est.
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