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Los pijos, o sea

Puerta Real ·

Hartos de vivir confinados en apartamentos de doscientos metros donde se asfixian, se han visto obligados a salir a su calle para dar una cacerolada al Gobierno y exigir su dimisión

Remedios Sánchez

Lunes, 18 de mayo 2020, 01:28

O sea, que unos cuantos privilegiados del barrio de Salamanca en Madrid se nos rebelan contra el estado de alarma, la fase cero de Madrid y el gobierno de Pedro Sánchez que les impide ser libres, como al protagonista de la canción de Nino Bravo; ... pero en versión de gente bien, que el personaje de Nino era un triste disidente del comunismo de Berlín oriental intentando saltar la valla. Todo muy vulgar, con tiros, sangre y esas cosas. Ellos, los superguays de la calle Núñez de Balboa y aledaños, están a otro nivel y reivindican cosas trascendentales como que la doméstica les llegue puntual a limpiar cada mañana; más autonomía de movimientos para poder ir a jugar al pádel en condiciones, a cenar luego en 'Éccola' o pegarse más tarde una fiesta mega-fashion en 'Gabana 1800', con David Delfín, que mola mazo, en la cabina de DJ (lo que viene a ser un pinchadiscos de siempre, para entendernos); o en 'Kapital', donde empezaba a ir ya demasiada chusma televisiva sin pedigrí, que este país está últimamente de un cutre que te pasas y esto es ya algo totalmente 'crazy' donde quedan pocos sitios 'cool'. Y por eso, hartos de vivir confinados en apartamentos de doscientos metros donde se asfixian, después de no haber disfrutado la nieve en Baqueira este invierno, se han visto obligados a salir a su calle para dar una cacerolada al Gobierno y exigir su dimisión inmediata, banderas de España sobre sus hombros (son españoles y mucho españoles, of course, como Dios manda) y palos de golf Callaway para golpear los semáforos. Porque hasta para practicar el vandalismo hay que tener clase e ir divinos de la muerte. Empezando por el polo Ralph Lauren, siguiendo por las gafas de sol Gucci alzadas y terminando por los náuticos Martinelli. El pijo nace, pero también se hace un poco cada día.

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