El Gobierno dio ayer por zanjado el conflicto con la Junta de Castilla y León a propósito de los planes antiabortistas anunciados por el vicepresidente autonómico, Juan García-Gallardo, de Vox, al considerar que se ha saldado con éxito su presión para que esa comunidad ... se abstenga de adoptar y aplicar medidas que vulneren los derechos reproductivos de las mujeres. Resulta evidente la exagerada sobreactuación del Ejecutivo agitando un discurso del miedo cuyos efectos a estas alturas son cuestionables. Y llama la atención la ingenuidad con la que el PP ha caído en la trampa tendida por una extrema derecha deseosa de abrir una batalla ideológica para marcar perfil y ponerle en aprietos. La torpeza con la que Fernández Mañueco se ha dejado marcar la agenda y entrado a ese juego, así como los balbuceos y múltiples contradicciones antes de descartar de forma contundente la propuesta radical de Vox, en poco ayudan a visualizar el giro centrista proclamado por Núñez Feijóo. Por contra, han aportado un valioso balón de oxígeno al Gobierno al alejar del foco dos asuntos que pueden causarle un fuerte desgaste: la rebaja de penas a violadores con la ley del 'solo sí es sí' y la reforma para beneficiar a los encausados por el 'procés'.
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