Mucho charlatán, en su acepción de embaucador, ha encontrado por fin su vocación profesional escribiendo libros de autoayuda. El principio rector de estos libros suele ser eso que llaman «pensamiento positivo», o sea, lo que debes practicar sin falta en caso de que te atropelle ... un camión repleto de ganado porcino, pierdas a un ser querido, te larguen del trabajo, o simplemente te diagnostiquen una severa enfermedad. En definitiva, ponerle una 'Sonrisa Profidén' a la vida aunque esta te haya golpeado hasta dejarte sin dientes.
Publicidad
Sinceramente, pienso que los golpes del destino no se pueden resolver con fórmulas magistrales o disfrazando los problemas de payaso feliz. No hay recetas mágicas para vivir una existencia sin sobresaltos, porque no hay remedios concluyentes para ponerle la sonrisa perfecta –o dientes como la Pantoja– a cada putada que la vida te sirve en bandeja o en dos tazas. Vamos, que creo más en la voluntad de vivir que en la pija resiliencia. Y en defender la alegría –como escribió el gran Mario Benedetti– de las miserias y de los miserables... y también de la falsa alegría.
Y así estamos los granadinos, defendiendo la poca alegría que nos queda. Siéntese en una cafetería, relájese, saque la antena y seguro que sintoniza con el pesimismo en cualquier conversación que su oreja pille al vuelo. «Hay días putos», decía Álvaro Cunqueiro refiriéndose tal vez al sino humano del cual Marco Aurelio el estoico hizo una religión: la vida no tiene escapatoria. ¿Pesimismo patanegra? Sí, pero siempre será mejor que ese pensamiento positivo 'New Age' que hace parecer a la persona un retardado mental.
No puedes pedir positividad en sus pensamientos al que está muy castigado por la pandemia. Por ejemplo, en los hogares edificados sobre el agujero negro económico que está dejando la covid-19, el pensamiento positivo no sirve para nada si no surge de una voluntad férrea de echarle huevos a la vida (concepto este más rico y desarrollado que el de autoinfligirse optimismo a la fuerza).
Publicidad
Echarle huevos es integrar el pensamiento positivo en el mismo sustrato de la realidad donde pasta el pensamiento negativo, que también es justo y necesario para vivir sin caer en los resilientes Mundos de Yupi o en ver el vaso medio lleno cuando está roto. Mientras hay vida hay esperanza. Querer no siempre es poder, así que solo acepte recetas cocinadas sobre la base del pensamiento positivo que vengan prescritas por su médico o por la doctora Bonoloto.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.