¿Presupuesto a la vista?

Sobre todo porque, a las puertas de junio, el Ayuntamiento de Granada aún no tiene presupuesto. Y eso que cuenta con una mayoría estable de gobierno desde el pasado verano. ¿A qué esperan nuestros munícipes? ¿A que llegue el día de la Virgen, allá por septiembre, para venderlo como un milagro?

El instrumento básico de gestión para un Ayuntamiento es un presupuesto actualizado y adaptado al momento y a las circunstancias. Es de perogrullo. Por muchos acuerdos programáticos, pactos de Mártires y otros actos de fe que se suscriban; sin unos presupuestos creíbles no vamos a ningún sitio.

Tanto PSOE como la confluencia de izquierdas se muestran confiados en alcanzar un acuerdo, pero ya van tarde. Esperemos que no vayan también mal y nunca.

De cara al 19-J, si quieren que su potencial electorado confíe en la utilidad del voto de izquierdas, PSOE y Unidas Podemos tienen una ocasión de oro con la cuestión del supuesto presupuesto, al menos por lo que respecta a Granada. En toda negociación hay que ceder y transigir. No sé dónde están las líneas rojas de los unos y los otros, pero que no se apruebe el presupuesto municipal porque no haya avances perceptibles en la renaturalización del Genil me parece una frivolidad, por firme defensor de la iniciativa que sea.

En Granada vamos a cumplir ocho años sin que un mismo alcalde cumplimente su mandato. Tras su salida entre cartones, Torres Hurtado dio paso a un Francisco Cuenca en inmensa minoría que ganó las municipales, pero se vio obligado a ceder la vara de mando a Luis Salvador por culpa del rocambolesco '2+2'… antes de volver al cargo, hace un año.

Así es muy difícil que prospere un proyecto de ciudad. Si, además, los teóricos aliados no se ponen de acuerdo para consensuar un presupuesto, apaga y vámonos.