Don Quijote, defensor de los débiles
Puerta Real ·
Cervantes supo, frente a las mentiras que existían -aún hoy perduran-, desacralizar todo lo que en su tiempo era «sagrado», pero absurdoSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Puerta Real ·
Cervantes supo, frente a las mentiras que existían -aún hoy perduran-, desacralizar todo lo que en su tiempo era «sagrado», pero absurdoEl Quijote se escribió con una finalidad ética indudable, pues en la obra se muestra una forma de pensar distinta a la dominante en aquel tiempo, cargado de mitos y de mentiras, como hoy ocurre. Cuando Cervantes empezó a escribir su novela pensó solo en ... una persona, Don Quijote, pero, tras haber escrito ocho capítulos, descubrió que éste necesitaba a alguien con quien dialogar -no es posible la realización humana sin diálogo-, por eso introdujo la figura de Sancho, que, al pensar de forma tan distinta, le permitía penetrar en los abismos del alma humana. Solo a través del contraste dialógico, tan denostado hoy, puede lograrse la verdad.
Cuando determinadas políticas actuales ponen en solfa los derechos humanos de los débiles, en el episodio de los «galeotes» Cervantes defiende la dignidad humana de éstos. «Venían a pie ensartados como cuentas en una gran cadena de hierro, por los cuellos, y todos con esposas a las manos». Encadenar por el cuello y manos era para el hidalgo un tratamiento humillante; condenar a galeras al ladrón de una canasta de ropa lo considera injusto; torturar para obtener una confesión cree que es crueldad... Por todo ello, al liberar a los presos, Don Quijote se adelanta a su tiempo y defiende los derechos humanos violados en perjuicio de los débiles. Tras este incidente y cuando la Santa Hermandad lo busca para prenderlo como salteador de caminos, exclama: «¿Salteador de caminos llamáis al dar libertad a los encadenados, soltar los presos, acorrer a los miserables, alzar a los caídos, remediar a los menesterosos? Ah gente infame, digna de vuestro bajo y vil entendimiento...». ¡Qué integridad y qué valentía en un tiempo de sumisión y vasallaje! Don Quijote desacraliza todo lo que en aquel tiempo era sagrado pero absurdo, rompe las tradiciones medievales, y encara una vida diferente, propia ya de la modernidad, cargada de contradicciones profundas entre el ser y el aparentar.
En el capítulo XVIII de la segunda parte, cuando Don Lorenzo, el hijo de Don Diego, pregunta a su padre qué opina sobre el caballero Don Quijote, al que acaba de invitar a su casa, éste le responde: «No sé lo que te diga, hijo; sólo te sabré decir que le he visto hacer cosas del mayor loco del mundo y decir razones tan discretas, que borran y deshacen sus hechos», lo cual indica que quizá la locura -¡bendita locura, sustituida hoy por tibieza y pragmatismo!- no era sino el instrumento necesario y cómplice para renovar su realidad más próxima.
Don Quijote no es un loco común, un esquizofrénico que padece confusión y caos mental, sino un loco cuerdo que, una vez construida su doctrina, pretende practicarla aunque su aplicación, por la falta de sintonía con su tiempo, desemboque en contradicción y lucha. Eso a él no le preocupa: esos desajustes los explica por los encantamientos que perturban sus acciones. La locura utópica del caballero, dispuesto a atajar injusticias y maldades, a costa de su sosiego personal, choca con la falta de valores de muchos coetáneos nuestros, que solo rinden tributo a los poderosos, en tanto que los desposeídos de sus derechos -mujeres, LGTBI, inmigrantes o refugiados- no interesan. ¡Bendita locura humanitaria de Don Quijote capaz de defender la marginación en un mundo de apariencias y de segregación de los desposeídos por culpa de la sangre, entonces; o por culpa del dinero, del sexo o de la raza, hoy!
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.