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Puerta Real

Lluvias de baja intensidad

Ya se ha dicho: la actitud granadí no es la de la exigencia visceral revolucionaria sino la del desencanto doliente

Domingo, 7 de enero 2024, 22:54

Con el ritmo melodioso de una lluvia leve hemos empezado en Granada un año nuevo, que es un niño pequeño que apenas acaba de nacer y al que ya andamos exigiéndole que haga milagros. Mantenemos esa inocencia de quien siempre espera, como cuando éramos niños ... y escribíamos la carta a los Reyes Magos. Principiamos 2024 con una carga inmensa de buenos deseos, de esperanzas eternizadas que llevan décadas durmiendo el sueño de los justos en el cajón donde se guardan, también, las buenas palabras que han acabado por convertirse en una oquedad a la que no responde ni el eco. Por eso volver a pedir que avance la ciudad con agilidad, en consonancia con la transformación que ansiamos desde hace casi cuatro décadas, es casi una entelequia para el personal porque el granadinismo militante lleva aparejado un componente de resiliente melancolía, de infinita paciencia anclada en los zapatos, de dulce tristeza serenada al compás del tiempo.

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