El retablo de maese Pedro

La tríada de males y desgracias que nos azota la forman el calentamiento global, el malvado Putin y el cenizo Feijóo. Lo dijo Sánchez el martes en su homilía de dos horas y media en el Senado, en la que ejerció de turiferario de sí mismo, y que duró más que la famosa siesta de Camilo José Cela en la Cámara Alta. Aquella en la que nuestro último Nobel de Literatura, a la sazón senador del Reino, se quedó traspuesto y al preguntarle el presidente Fontán si estaba dormido, el somnoliento respondió que no estaba dormido sino durmiendo. El presidente, sorprendido, inquirió si no era lo mismo y el gallego respondió: «Pues, no. Como no es igual estar jodido que estar jodiendo». Sea o no cierta la anécdota, ya que al parecer no está recogida en el Diario de Sesiones, lo cierto es que el sermón sanchista pasará al anecdotario del Senado por reiterativo y farragoso, no por brillante.

Es probable que este martes alguien diera una cabezada, mareado por el olor a incienso que se daba el prócer. Más que brillante estuvo faltón y se notó que la réplica de su adversario le hizo pupa en más de una ocasión. Lo denotaba su mandíbula. El día anterior, maese Pedro había rescatado el retablo cervantino de tal nombre, al que musicó Falla. Se puso en escena el lunes en el palacio de la Moncloa ante un público manso y apacible, elegido al azar, o al azahar para sahumar el ambiente que empieza a ser hostil en la calle. El folleto de mano no especifica si el papel de Trujamán lo ofició Félix Bolaños o Patxi López. Sí sabemos que el selecto público salió contento.

También están contentos los informadores de la actualidad municipal granadina, ya que Paco Cuenca mantiene su programa de reuniones con empresarios, ciudadanos y sindicatos para darle un 'vuelta y vuelta' al Corredor Mediterráneo, que todavía no anda, o para informar de que la Inteligencia Artificial ya tiene posada donde alojarse. Incluso ha puesto en circulación un vídeo donde se le ve feliz bailando. Será que se entrenaba para las fiestas del Zaidín. Seamos positivos. Quedamos a la espera de que alguien nos diga dónde se hospeda la inteligencia natural.