Richard Leakey y la vida humana

El conservacionista keniano advirtió que si no cambia su forma de vivir, el Homo sapiens será el autor de su propia extinción

david mathieson y emma leakey*

Martes, 4 de enero 2022, 23:52

A lo largo de su vida, Richard Leakey se dedicó a una amplia gama de actividades en la ciencia, la política y campañas medioambientales. La mayoría de la gente se conformaría con hacer una carrera de éxito en cualquiera de estas, pero el muy carismático ... Leakey ha dejado una profunda huella en las tres. Durante los primeros años de vida profesional se lanzó a expediciones pioneras para averiguar más sobre los orígenes y la prehistoria de nuestra especie humana. En sus últimos años lo que más le preocupaba era el futuro de la vida en nuestro planeta y hacer campaña para llamar la atención a los peligros del cambio climático o la degradación ambiental.

Publicidad

Richard Leakey nació en Nairobi, Kenia, en 1944. Siempre una persona muy suya y autodidacta, Leakey dejó su escuela con 16 años para organizar rutas de safari en la sabana keniana para turistas. Más tarde se fue a Reino Unido para hacer estudios universitarios, pero los dejó sin terminar su carrera. De joven, Leakey quiso escapar de la sombra de sus padres mundialmente famosos, Louis y Mary. Fueron sus excavaciones de los fósiles, que se encuentran en el barranco de Olduvai en Tanzania, las que habían ayudado a arrojar luz sobre los orígenes de la especie humana y a desarrollar la ciencia de la paleoantropología. Pero a medida que maduraba, los hallazgos de Olduvai empezaron a fascinar a Leakey cada vez más y él mismo se embarcó en sus propias excavaciones en torno al lago Turkana, en el norte de Kenia. Fue allí donde Leakey y su equipo africano desenterraron cráneos que ya nos ayuda a entender los vínculos entre nosotros y nuestros antepasados neandertales. El más importante de ellos fue el Niño de Turkana, un esqueleto casi completo de un simio bípedo, con algunos rasgos humanos, que vivió hace unos 1,8 millones de años.

Sin embargo, como corrían los años 80, era el futuro más que el pasado lo que preocupaba a Leakey. Fue nombrado director del Servicio de Vida Salvaje de Kenia (KWS en sus siglas en inglés) e intentó erradicar la caza furtiva ilegal de elefantes y el comercio de marfil. Cuando organizó una hoguera de colmillos de elefante, cazados de forma ilegal, las imágenes le atraían muchos aplausos de los conservacionistas de todo el mundo. Sin embargo, la destrucción del codiciado marfil le granjeó muchos enemigos muy poderosos en Kenia y Leakey fue destituido de su cargo por el entonces presidente Daniel Arap Moi. Más grave aún, su pequeña avioneta sufrió un accidente y los cirujanos tuvieron que amputarle las dos piernas. Con su curiosidad habitual, Leakey pidió que se realizara la operación con anestesia local para que él mismo pudiera observar el procedimiento. Los médicos rechazaron la petición. Leakey estaba convencido de que el accidente fue el resultado de un sabotaje por parte de sus enemigos y, como respuesta, lanzó un partido, Safina, dedicado a erradicar la corrupción en la política. Era un proyecto peligroso, pero Leakey se negó a dejarse intimidar.

Dentro de Kenia viajaba siempre en un convoy de coches con guardaespaldas armados. Fuera del país utilizó su fama internacional para llamar la atención a la degradación medioambiental en África y el peligro que esto supone para el ecosistema de todo el planeta. Como pionero del movimiento ecologista, su libro, 'La sexta extinción' reunió, de una forma muy lúcida, las pruebas científicas que sugieren que mucha vida ha sido eliminada de la faz de la tierra en varias ocasiones en la historia de nuestra planeta. Tal catástrofe podría, advirtió, volver a ocurrirse pero esta vez con una diferencia extraordinaria: si no cambia su forma de vivir, el Homo sapiens será el autor de su propia extinción.

Publicidad

Tras un acercamiento con las autoridades kenianas, Leakey volvió a trabajar con el Gobierno de Nairobi y a atraer ayuda internacional para proyectos humanitarios. Hoy, junto a sus amigos, compañeros y familiares, muchos kenianos lamentarán la pérdida de Richard Leakey como hijo predilecto de su país. Pero es muy probable que él estuviera algo impaciente con el luto. Lo que pediría es que dejáramos de llorarle y aceleráramos la acción necesaria para frenar el daño que hace el calentamiento global a nuestro planeta. El nuevo año comienza sin Richard Leakey pero la misión de su vida es más importante que nunca.

* Emma Leakey es sobrina de Richard Leackey

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad