Mientras la humorista australiana Hannah Gadsby ha comisariado una exposición en Nueva York para vapulear a Picasso, en el Prado, Carmen Giménez hace lo propio (comisariar, no vapulear) con El Greco y Picasso. Un cara a cara. Con el cretense como precursor, o algo así, ... del cubismo. Gadsby en su también vapuleada exposición por la crítica equipara a Picasso con Trump y Weinstein. Lo mismo, pero sin marco. Sólo que ni Trump ni Weinstein alcanzaron a pintar 'Las señoritas de Aviñón'. Vale que, en su famoso monólogo, 'Nanette', la ¿humorista? ya ponía a Picasso como hoja de perejil. Pero imaginen que se le ocurre una exposición de Caravaggio. Un tipo, que, como diría Rodrigo Cortés, se recogía tarde. Un poco asesino era el genio italiano. Hasta fue condenado a muerte. Pero ponte tú a pintar 'Judit y Holofernes'. Gadsby es con Picasso como Judit con Holofernes tirando de la cabeza al decapitarlo. Con esa mirada de determinación y repulsión.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad