Hace un par de semanas, la revista 'Diez minutos' tenía lo que calificaban como «fotos exclusivas». Se trataba de Carmen Borrego con los rulos puestos y fuera de la peluquería porque había salido a fumar (sí, parecía una caracterización de Los Morancos). Con los 'Papeles ... de Panamá' y ahora con los 'Papeles de Pandora' me pasa lo mismo que con la Borrego en rulos o con la jovencísima novia que Mitterrand tenía en sus últimos años, según el libro 'Le dernier secret', de Solenn de Royer (la llevaba en Concorde y ella guarda el kit de aseo). Todo lo que cada cierto tiempo desvela el pomposamente llamado Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación es un «qué escándalo, aquí se invierte fuera de tiesto». Vaya, Dominique Strauss-Kahn, Corinna o Julio Iglesias asegurándose de que su dinero esté bien, aunque los métodos estén mal. Salvo si afecta a políticos en ejercicio del poder, no es más que cotilleo financiero. Prefiero los rulos.

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