Miles de personas salieron el sábado pasado a la calle para defender la sanidad pública andaluza. La preocupación es creciente en la ciudadanía, que comprueba en su propia experiencia que la demora en Atención Primaria llega a los 15 días en muchos centros de salud, ... que el consultorio de su pueblo está cerrado un día si y otro no, que se han eliminado puntos de urgencias por las tardes y noches, teniéndose que desplazar al municipio de al lado si sufren una urgencia, que cuando les derivan a un especialista pasan semanas esperando una llamada para entrar en lista de espera y que después, ver que esta espera es de muchos meses.
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El medio rural sufre con más severidad esta situación caótica y deteriorada de la sanidad pública andaluza. Los hospitales comarcales han cerrado servicios y han reducido horarios de atención por falta de especialistas. Los vecinos y vecinas de estas comarcas tienen que desplazarse a la capital para prueba diagnósticas, seguimientos y cirugías que antes eran atendidas en su localidad o cerca de su residencia.
La Atención Primaria en las zonas rurales también sufre con más intensidad el descuido de la Administración y la falta de un modelo que dé respuesta a las necesidades con los recursos existentes.
En este contexto, los profesionales trabajan sobrecargados, con agendas de citas desbocadas que solo permiten dedicar unos minutos a cada paciente.
Hoy en Andalucía, algo tan básico como es que, si te pones enfermo te vea un médico, no está garantizado. En cuatro años hemos perdido este derecho. Y prueba de ello es que en este tiempo, se ha incrementado de forma exponencial el número de andaluces y andaluzas que han tenido que contratar un seguro privado para resolver sus problemas de salud. Hoy, uno de cada cuatro andaluces tiene un seguro de salud privado.
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El presupuesto del gobierno de la Junta de Andalucía para 2023 en Sanidad, es un traje a medida de la sanidad privada, a la que siguen favoreciendo en detrimento de la sanidad pública, con más de un 20% de incremento respecto a 2018.
El principal problema sanitario que debe resolver este gobierno es el aumento de las plantillas de profesionales para disminuir las demoras y listas de espera y para garantizar que la Atención Primaria vuelva a poder trabajar para mejorar la vida y la salud de la gente, evite hospitalizaciones, alargue la vida, atienda en el domicilio, en los colegios, en entornos comunitarios... Pero el presupuesto de la Consejería de salud para 2023 no contempla nada de esto. El capítulo de personal apenas cubre los aumentos ya pactados. Ni más personal, ni incentivos para atraer y retener a profesionales en zonas de difícil cobertura, ni presupuesto para la continuidad de los 12.000 profesionales a los que su contrato expira con las campanadas de fin de año.
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¿Es un mantra de la izquierda y del partido socialista todo lo anterior, como asegura el gobierno de Moreno Bonilla?.
¿Es un mantra que el abandono y desmantelamiento de la Atención Primaria?
¿Es un mantra la carrera hacia la privatización del Sistema Sanitario Andaluz?
¿Es un mantra que hay más de un millón de andaluces y andaluzas en lista de espera y que no paren de aumentar?
Escuchen a las miles de personas que el sábado pasado se manifestaron en Andalucía, reconozcan los problemas y póngase a trabajar en las soluciones. La sanidad pública andaluza grita socorro. Llevamos 4 años esperando.
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