Todo es posible en Granada

Granada, asentada en un enclave privilegiado, de alguna manera, debe dejar de ser de las más contaminadas de España como nos indican continuamente los medios… Evidentemente por su grado deindustrialización seguro no es. Nos encontramos en una disyuntiva mundial energética que definirá el devenir de nuestra sociedad a medio/largo plazo. La ciudad contemporánea que conocemos, dejará de parecerse queramos o no a la actual. La relación entre el vehículo privado y el centro de la ciudad va llegando a su divorcio, ya lo vamos viendo a pequeños pasos en ciudades, unas más lejanas y radicales o visionarías según la óptica con la que se mire, ya están en esa senda, otras aun siendo más moderadas y cercanas, como nuestra Madrid ya comenzó también el proceso.

Nosotros, no somos Madrid. Nuestra casuística es distinta, pero debemos afrontar y espero más pronto que tarde un plan de movilidad adecuado a los tiempos que corren y correrán.

Granada es Granada… y su área metropolitana, y los retos que se nos plantean en campos como estos se deben estudiar en conjunto. Está ya claro que el transporte colectivo tenderá a tener cada vez más importancia en las ciudades del futuro, y nuestra ciudad tendrá que estar a la altura.

En esta crisis sistémica energética, los vehículos de motor de combustión como vemos, tienen los días contados y lo que se nos propone como panacea eléctrica de movilidad familiar… está aún mucho por desarrollar… mientras tanto, elementos como el ferrocarril en su conjunto, y en este conjunto entra desde el tranvía-metropolitano, pasando por trenes de cercanías, medias distancias y regionales, así como alta velocidad, están por desarrollar en nuestra provincia y comunidad. No todo es metro ligero o AVE. Un plan íntegro de movilidad para la Granada metropolitana no puede olvidarse de la red de cercanías, como a la par demandar línea a la costa y corredor mediterráneo.

Para ello, como bien nos contaba el profesor José Luis Gómez Ordóñez, catedrático de ordenación del territorio, una nueva estación Nor-Oeste sería necesaria para una articulación más rápida y eficiente, está a su vez conectada con nuestra estación de Andaluces.

Ideas, que se deberían poner encima de una 'mesa por la movilidad', con personas de reconocido prestigio en nuestra ciudad, ya que temo a mi pesar, que el nuevo PGOU en proceso para Granada, no entrará en profundidad en estos temas.

De igual manera, para abordar el devenir en un contexto predominantemente urbano como el español, necesitamos abordar la renaturalización de nuestras ciudades. Esta tiene múltiples y conocidos beneficios: reducción de la isla de calor (mitigación de las altas temperaturas); aumento de la biodiversidad, mejorar la salud mental, reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles, reducción de la mortalidad o mejora de la percepción de salud…

Las ciudades del futuro serán más verdes, y con tal sinfín de beneficios conocidos ¿quién rehusaría apostar a semejante caballo ganador?

Sorprendentemente, y a pesar de que plantar árboles pueda ser la actuación urbana con la mejor relación costo-beneficio, nuestra ciudad todavía dista mucho de ser verde y saludable. Y para ello, las palabras del profesor de Ecología de la UGR Manuel Villar Argaiz ofrece valiosas propuestas.

Nos hablan del 'anillo verde', pero por desgracia, este carece de la continuidad necesaria para llegar a circundar la ciudad bajo una estela boscosa. Por el contrario, nuestra ciudad posee una trama mucho más proclive al desarrollo radial de sus espacios verdes. Vías verdes que aprovechando los cauces fluviales como se ha hecho en El Genil en la famosa «ruta del colesterol» son un magnífico ejemplo que podría trasladarse a cauces como el Monachil, Dílar, Beiro o Darro, entre otros.

Muchas de estas vías necesitarían naturalizarse, sustituyendo para ello el hormigón por encauzamientos

blandos. Pero no solo estas estructuras de ribera nos pueden dar una Granada más naturalizada, como el profesor Manuel Villar indica, el pasillo ferroviario que conecta Andaluces con la Vega sí va acompañado de grandes zonas verdes y corredores eco-recreativos podría ser otra solución.

Él, también aporta ideas como la renaturalización de las vías ciclo-peatonales existentes y creación de espacios autogestionados de agricultura urbana. Espacios como los huertos urbanos ya creados en Granada son un buen ejemplo de ello.

Personalmente, apuesto por la sencilla regla 3-30-300 propuesta por Cecil Konijnendijk, silvicultor urbano y profesor de ecologización que es director del recién formado Nature Based Solutions Institute, que asesora a gobiernos y otras organizaciones sobre soluciones basadas en la naturaleza. Él lanzó esta en 2021 para lograr ciudades más verdes, saludables y resilientes.

(El interés por esta regla se ha extendido por todo el mundo, y varias ciudades y organizaciones han empezado a ponerla en marcha).

-Todas las personas deberán ver al menos 3 árboles desde su hogar.

-Los vecindarios deberán tener al menos un 30% de cobertura vegetal.

-Las personas no deberán vivir a más de 300 metros de un parque o espacio verde público de calidad.

Como vemos, nos encontramos en un enclave histórico, ideal para reunir a nuestros Sabios, que los tenemos en muchos campos, y comiencen un debate propio para nuestra Granada y área metropolitana en su conjunto, proponiendo ideas para una nueva movilidad y naturalización de nuestra ciudad y área circundante.

Como decía Frank Lloyd Wright, «El arquitecto debe ser un profeta... un profeta en el verdadero sentido de la palabra...Si no puede ver por lo menos a diez años antes no lo llames un arquitecto.» Y si, muchos de mi profesión vemos una Granada más amable y humana… aunque esperamos no ser tocados como en la mitología griega, por la maldición de Casandra.