Seguimos igual

Puerta Purchena ·
«Ni a los reyes ni al presidente de la república si lo hubiera, que ya está bien del copia y pega de toda la vida, que empecé en el 79 pidiéndoles mejores comunicaciones»

José María Granados

Miércoles, 29 de diciembre 2021, 22:57

Pepe 'El Tomillero' ha renunciado a escribir este año la tradicional carta de Almería a los Reyes. «Ni a los reyes ni al presidente de la república si lo hubiera, que ya está bien del copia y pega de toda la vida, que empecé en ... el 79 pidiéndoles mejores comunicaciones y estamos en el que estamos esperando el AVE que no verán los padres nuestros», dice sin cortarse un pelo mientras recuerda que desde el último cuarto del siglo pasado en consejerías y ministerios nos llaman el ajo por cuanto nos repetimos y para que no nos demos cuenta de que si en lugar de los que somos fuéramos un millón más tendríamos casi lo que tiene Málaga, por no decir Sevilla y no porque lo necesitaríamos, sino porque los políticos sí que necesitarían de nuestro caladero de votos y no se atreverían después a olvidar sus promesas como pasa ahora con ese puñado de almerienses que no llegan al millón ni llegarán en años.

Siempre ha sido así. A los pequeños nos tratan como a niños. De vez en cuando nos dan un caramelo y nos entretienen con eso de que, si somos buenos, nos tocará en algún momento. Vienen, nos hablan y nos lo creemos. Llevamos así años y años, diría que toda la vida. Pero alguna vez hay que dejar de escribir la carta. Si ellos ya lo saben, para qué gastar tinta y papel, para qué seguir llenando la papelera con peticiones si nos van a traer lo que quieran si nos traen algo y además nos vamos a conformar. Es como quien busca en la noche mágica de la ilusión el regalo que lleva meses agotado. No lo va a encontrar. Los que había ya lo tienen otros y entre ellos no hay nadie de Almería que lo pueda conseguir. Nos ocurrió igual el año pasado, el anterior, hace una década y dos atrás, hace medio siglo, toda la vida.

Así que 'El Tomillero' deja de escribir la carta: la que cada año vienen escribiendo los empresarios, los sindicatos, los estudiantes, los profesionales, los obreros, los artistas, los parados, los pensionistas, los niños, niñas, hombres y mujeres de esta tierra de la que estamos orgullosos y presumimos de lo que da sin que se avergüencen quienes tendrían que equilibrar la balanza. Somos así, de manera que toca aguantar el tipo y hacer como que no pasa nada, que si somos buenos volverán los reyes o el presidente el año próximo y estaremos igual. Aguardando mejores comunicaciones por tierra, mar y aire; en espera de que se solucione el problema del agua; en rezo continuo para que las listas de espera no sean muy largas no sólo para conseguir recetas ni para esa operación a corazón abierto que lo mismo es la última que nos hacemos; cansados de palabras, de promesas y, en escasas ocasiones, de disculpas repetidas y, en todas las demás que son muchas, escuchando echar la culpa al que estaba antes y que era malo y ahora es malísimo.

A los próximos reyes o al que pueda ser presidente de la república es posible que les escriba una nueva carta que no iniciaré con el clásico soy yo, vivo aquí y este año me he portado bien, sino con: soy un ciudadano que sigue aquí y que como cada año he cumplido con mis obligaciones, por lo que exijo de ustedes, o usted, que de una vez por todas no me roben mis derechos.