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Luz de septiembre

A diferencia de agosto, yo siempre he encontrado en septiembre una luz nueva, brillante, azul y gris, con todo lujo de matices: íntima y cálida y que invita al recogimiento en las tardes, traspasada por la lluvia, más intensa al mediodía

ana moreno soriano

Sábado, 19 de septiembre 2020, 23:13

Cuando leí hace muchos años Luz de agosto, de William Faulkner, me centré en la trama, en los personajes y en los lugares por los que transitan, y a lo que menos atención presté fue al tiempo en el que transcurría la novela, aunque seguramente ... el autor no la hubiera imaginado en un mes distinto, con su calor intenso y la luz que, en medio de la violencia del relato, deja abierta una puerta a la esperanza. Es una novela terrible, de seres atormentados puestos a prueba desde el inicio de su vida, víctimas y verdugos, incomunicados y deshumanizados, que andan y desandan caminos arrastrando los desgarros de muchas batallas. Pero, como decía, para mí la luz de agosto no es más que una continuación de la luz de julio, sobre todo en los veranos que recuerdo en el pueblo: en ese tiempo, no había diferencias entre un mes y otro, porque todo el verano era azul y caluroso, las labores del campo que habían empezado con el cambio de estación iban llegando a su fin y, en los días finales del mes, vivíamos los días previos a la Feria con el Encuentro de Música Folk y el Festival Flamenco, que nos dejaban a la puerta del mes de septiembre; sabíamos que el verano estaba tocando a su fin, que después de la Feria y la Fiesta del pueblo y hasta el inicio del nuevo curso, septiembre era ya el remanente del verano, porque teníamos el corazón en octubre que no solo era un cambio de estación, sino una nueva etapa que empezaba. En la radio de los años sesenta y setenta sonaban baladas tristes, que hablaban de septiembre como una ocasión perdida con un fondo de melancolía, pero la preferida era otra, a ritmo de twist, de la que después se han hecho muchas versiones: «Cuando llegue septiembre todo será maravilloso…» Franz Sinatra también cantaba que el tiempo pasa más rápido cuando llega este mes; Neil Diamond celebraba el encuentro de dos amantes en un amanecer de septiembre y Manolo Tena escribiría, en época más reciente, una canción hermosa y trágica en la que dice que todo será diferente cuando no rimen amor y muerte y que eso ocurrirá precisamente en el mes de inicio del otoño.

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