Simbolismo del mito
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Creemos ver la realidad y sólo vemos sombras a las que confundimos con ella. Y el problema se complica cuando el prisionero lo es voluntariamenteSecciones
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La Carrera ·
Creemos ver la realidad y sólo vemos sombras a las que confundimos con ella. Y el problema se complica cuando el prisionero lo es voluntariamenteUna cena con amigos la semana pasada derivó en una conversación sobre cómo el legado de la cultura clásica sigue vigente hoy. Finalmente nos detuvimos en los mitos. Cuando el antiguo ser humano necesitó comprender el mundo que le rodeaba creó los mitos. Desde entonces ... todas las culturas acogen una recóndita memoria mítica, que queda en el inconsciente colectivo. Para el filólogo e historiador Georges Dumézil: «Un país sin leyendas se moriría de frío. Un pueblo sin mitos está muerto». Edipo y su destino, Perseo el héroe, Artemisa, Orfeo, Prometeo, Pandora, Atalanta. Estos y tantos otros personajes míticos tienen que ver mucho con nuestro pasado, y con nuestra realidad.
El mito encarna aspectos fundamentales de la vida. Nos pone delante del amor, de los celos, de las relaciones con el poder, de la venganza, la amistad, la valentía, la traición, la violencia, la muerte,… Así, el mito se convirtió en un modo de comunicación universal y en parte de la simbología anímica del ser humano, estando presente en las artes plásticas y visuales, en la literatura, en la danza, en la música, así como en su cotidianidad. Hoy la mitología sigue explicando la complejidad del mundo puesto que la condición humana sigue siendo la misma.
Y si nos fijamos un poco, actualmente somos seguidores de ese Narciso que se enamoró de su propio reflejo. También está muy presente Antígona que nos plantea el conflicto entre la legalidad y la legitimidad, cuando hoy hay que discernir entre obedecer al poder ciegamente o cuestionarlo. La historia de Eneas, fundador de la nueva Troya, ayuda a comprender el drama de los refugiados y de como tras la tragedia hay luz. Hércules encarna el paso de héroe a dios, metáfora que hemos vivido a lo largo de la historia. Platón con el mito de la caverna presenta una alegoría para mostrar la diferencia entre el conocimiento y la ignorancia. Platón cuenta como unos prisioneros en el interior de una cueva en la que solo pueden ver en la dirección de una pared y contemplar el paso de seres y objetos por el exterior proyectando sus sombras, confundiendo a estas con la realidad. Solo uno, después de liberarse, puede contemplar el exterior.
Muchos de nosotros estamos hoy encadenados y en una mítica caverna. La oscuridad de la caverna nos impide ver la luz. Creemos ver la realidad y solo vemos sombras a las que confundimos con ella. Y el problema se complica cuando el prisionero lo es voluntariamente. Es más fácil sumarse al rebaño y enfrentarse a los avatares de la realidad cerrando los ojos a la responsabilidad, a la acción. Los mitos son un pilar indispensable para reconocernos como individuos y como colectividad, tienen una significativa vigencia para intentar comprender los sentimientos y las ideas. Pero hay muchas personas que confunden el pensamiento y la razón con el mito y el relato simbólico. Y lo que es peor, hay quienes manipulan esta suplantación, y/o deliberadamente tergiversan el sentido del mito, lo que es perverso.
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