No estuve solo
Puerta Real ·
«Cuando una es reina y madre del Albayzín, nadie cierra calles a tal dama»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Puerta Real ·
«Cuando una es reina y madre del Albayzín, nadie cierra calles a tal dama»Este sábado pasado, a la caída de la tarde, se echó la Aurora a la calle, porque sabido es que, como reina y señora del Albayzín, la virgen de la Aurora puede salir cuando quiera y a contramano. Salió de san Miguel y no encaró ... para san José, así que muchos dijeron: ¿pero dónde va?, ignorando que la reina y señora albaycinera deseaba mirar su Granada desde el pretil del Carmen de Fermín Garrido, el médico que se nos fue tan joven, y que además quería darle la oportunidad al gran Pepe Cañas, el mejor pintor realista de la casa de La Lona, de que le hiciera un retrato de perfil, con el fondo del atardecer de Granada. Carril de la Lona abajo la llevaba Navajas cuando antes de llegar a la Puerta de Monaita, esa de los aguerridos arqueros africanos, defensores de la medina a ultranza, las jarras del frontal se hicieron presentes y hubo tiempo de echar una mirada al horizonte, incluso una parrafada, pues se me acercó Antonio Berbel Linares, aquel que en su casa de la curva de El Violón me invitaba a vino costa y alcaparras, para decirme emocionado que se sentía muy orgulloso de las manos en que había dejado su legado. El que en los años de las hambres había comenzado, porque el párroco de san José, Manuel Fernández Padial, haciendo reformas en su despacho tirara un tabique, y descubriera a la primera Aurora, oculta a los horrores de la guerra y sus desastres. Y mientras la Aurora ascendía a los cielos por la cuesta de la Alhacaba, Tamayo, el grande, el de la voz recia curtida en cuadrillas de profesionales, se me acercó al oído y me dijo: ¡Ya hubiera yo querido en mis tiempos, trabajar con estos chicos!
Llegó la virgen a Plaza Larga y el mundo entero se concentró bajo su mirada. Gentes venidas de tierras lejanas no daban crédito a lo que veían. Cómo trabajaban esos costaleros, cómo sonaba esa banda, la de San Isidro de Armilla, tras el manto acompasada, de tal forma que ya es impensable ver a la Aurora en la calle sin los de Melchor Perelló acompañada. La noche caía sobre Granada cuando la virgen llegó a la iglesia del Salvador, ya con la Alhambra iluminada, y el comandante Marín, sentado en el aljibe de la esquina de la placeta del Salvador, junto al balcón de las acacias de Benítez Carrasco, oró una vez más ante su Señora, sin dar crédito a lo que pasaba.
Su Aurora por el barrio a contramano, por calles que hasta el sábado no había sido suyas pero ya se sabe que cuando una es reina y madre del Albayzín, nadie cierra calles a tal dama, que la veteranía es un grado y su parroquia, una abierta Granada. En el Peso de la Harina, y tras un relevo costalero, se unió al cortejo la zambra para entrar en el Paseo de Los Tristes, donde a los pies de La Alcazaba, el Dauro pidió la venia para parar sus aguas, y desde La Casa de Las Chirimiás se encendió candela y lumbre de fragua cuando el bronce de Mario Maya cobró vida, bailando el Polo y la Caña a los pies de la Señora, que en esos momentos lo era del Albayzín y la Alhambra. Fue todo el pasado sábado, cuando tras la tormenta, la Andalucía cofrade se dio cita en Granada para celebrar 75 años de la Señora de blanco del Albayzín coronada. Largo el cortejo, calles atiborradas, cuando llegaba el cortejo a San Pedro se me acercó Talavera, auroro de la cantera, para decirme contento: Todo mereció la pena por Ella.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.