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Puerta Purchena

Toca defenderse

«A la cita de Roma acudieron intelectuales, artistas y alcaldes llegados de toda Italia que se concentraron junto a miles de personas que no se quisieron perder la cita y reivindicar la identidad europea frente a quienes la están poniendo en duda»

Ángel Iturbide

Periodista

Sábado, 22 de marzo 2025, 23:14

Suele ocurrir que cuando más feo es el panorama siempre aparece una luz que nos ilumina cierta esperanza. Cuando más se está hablando en Europa de incrementar el gasto en defensa con el fin de hacer frente a las ansias expansionistas de Putin materializadas en su invasión de Ucrania, surge un rayo de esperanza de que la reacción pueda ser una realidad. Ciertamente Ucrania es nuestra frontera exterior europea y está claro que hay que apoyarla con el fin de que Rusia se contenga. Más ahora cuando el presidente de los Estados Unidos no se sabe muy bien en qué cesta pondrá el huevo, si en la de Rusia o en la de Ucrania, que es lo mismo que decir en Europa. Más aún cuando al dirigente norteamericano solo le mueve el dinero y de eso hay mucho en Ucrania en forma de minerales y tierras raras (por cierto, denominación que jamás la había oído y ahora todos la utilizamos como si fuera parte ancestral de nuestro léxico).

El caso es que mientras los dirigentes europeos se debaten en la necesidad de incrementar el presupuesto en defensa para estar preparados la sociedad civil parece que poco tiene que decir. Aparentemente. Tras el revés de Trump a Europa, a quien ha dejado fuera de la mesa de negociación de una tregua y una paz duradera en el conflicto entre Rusia y Ucrania, los 27 han visto la necesidad de incrementar su seguridad para lo que pueda venir, y en ello están. Da igual que se llame rearme o aumento del presupuesto asignado a la defensa de los estados de la Unión Europea, lo cierto es que Europa se ha dado cuenta de que no puede depender de la seguridad que EE UU nos ha ofrecido hasta ahora porque las cosas parece que han cambiado.

Escribía más arriba que aparentemente la sociedad civil europea tiene poco que decir y no es así. El sábado 15 de marzo se alcanzó de alguna manera el punto de inflexión y es posible que todo cambie y que los europeos tomemos parte activa en la reivindicación de nuestra identidad y de nuestros valores. Ese sábado, 15 de marzo, se celebró una multitudinaria manifestación en Roma a la que acudieron miles de personas con banderas azules estrelladas con el objetivo de reafirmar los valores fundacionales de la Unión Europea y relanzar la unidad en unos momentos que ya son críticos.

A la cita en la plaza del Popolo de Roma acudieron intelectuales, artistas y alcaldes llegados de toda Italia que se concentraron junto a miles de personas que no quisieron perderse la cita y reivindicar la identidad europea frente a quienes la están poniendo en duda. El escritor español Javier Cercas asistió a la manifestación, así como el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quien aceptó la invitación que le realizó su homólogo romano, Roberto Gualtieri.

Lo mejor es que la convocatoria en defensa de los valores y de la identidad europea no partió de colectivos sociales ni de partidos políticos, surgió a raíz de un llamamiento público lanzado por el periodista y escritor Michele Serra en las páginas del diario La Repubblica. De esta manera, la manifestación 'Una plaza para Europa' se hizo realidad y el mensaje se lanzó alto y claro en boca de miles de ciudadanos con banderas europeas en mano.

Tras el éxito de esta iniciativa se habla de que podría repetirse, pero esta vez de manera simultánea, en ciudades de toda Europa el mismo día y a la misma hora para que el clamor en la defensa de la unidad europea de los valores que defendemos llegue alto y claro allí donde los hayan puesto en tela de juicio. Europa es una realidad y hay que defenderla más ahora cuando las amenazas de aranceles, cuando nos arrinconan y no nos dejan ser parte de la historia, cuando nuestras libertades están en tela de juicio, cuando de alguna manera todo se tambalea es cuando hay que salir a la calle a reivindicarnos y a mostrar nuestro orgullo por vivir donde vivimos y por pertenecer a la sociedad a la que pertenecemos. Nuestros valores y nuestras libertades; nuestros logros sociales no son moneda de cambio de nada y no pueden estar en entredicho. Por eso, cuando nos convoquen a salir a la calle a reivindicar nuestros derechos y a defender nuestra identidad debemos acudir todos para gritar fuerte que nadie nos va a doblegar. Y cuando ese momento llegue yo estaré ahí porque lo que toca ahora es defenderse.

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