José María Guadalupe

Toque de codo

Crónicas granadinas ·

Me han contado que el pregón de la Semana Santa, que dio Fernando Díaz de la Guardia fue una prenda de pregón, y por eso he pedido una copia

Domingo, 28 de marzo 2021, 01:16

Porque el gesto más o menos del toque de queda que a tantos les suena a guerra y a otros como a mí, a la mili, aunque la mía fuera voluntaria, es ese, el saludo de campaña. Dame un toque con el codo, que ahora ... veo que vuelve a llevarse aunque se ha demostrado pero se ha dicho poco, que a veces te da calambre dada la intensidad electrónica de los que se saludan sin gana. O sea que puesto que este Domingo de Ramos o sea, hoy seguimos como sigamos, toque de queda en la orden, y al mismo tiempo si es que nos saludamos toque de codo, que a mí no me gusta nada porque parece entrar en la cosa a codazos, que en el fondo y aunque sea simbólicamente, es como casi se hace siempre, sobre todo en la política que no cesa, que no hay más que abrir el periódico, poner más fuerte la radio o encender la tele aunque ya les aviso tienen el problema de que hasta en las catástrofes aparezca Rocío Carrasco, que bien que recuerdo a esa niña en los brazos de su padre el gran boxeador de mi época, que fue el marino de los puños de oro al que yo entrevisté tantas veces y que me permitió estar presente aquella noche en Alosno, cuando el gran cantaor, Paco El Toronjo, echó por la boca al aire de la sierra de Huelva, todo el dolor que tenía...

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Y estaba Pedro Carrasco, humilde, buena persona, mejor gente, casado con aquella ola, que ya venía rompiendo el paisaje y que se llamaba Rocío Jurado…

Son mis historias colaterales, de lo que cada semana pasa y yo les voy recogiendo. Yo estuve allí, tan solo para contarlo… los bares que van cerrando, las cafeterías en silencio, con el olor del último café con leche, largo. Y aquel dorado resplandor de la cara del churrero, viejo amigo de toda la vida que los hacía como nadie...

Rocío Jurado

Por cierto, que me rompo si no lo digo, ¡ay si Rocío Jurado levantara la cabeza aunque fuera cantando, como aquella madrugada que volviendo de Chipiona con su marido el torero Ortega Cano, nos paró aquel cabo de la Guardia Civil, que salió de la venta donde estaba reponiendo fuerzas, seguro, porque la noche es muy larga y nos pidió, eso sí con la mano en posición de saludo, que por favor sopláramos en el canuto que te cantaba de dónde venías, sobre todo y luego de un ligero temblor en el coche que nos llevaba hasta el aeropuerto de Jerez de la Frontera, al avión que salía muy de mañana, Rocío con la ojera puesta le respondió: «De la Benemérita».

–Cabo, ¿podría usted soplar primero?

Y el de verde, entonces llevaban tricornio todavía, agitando la mano izquierda nos dio paso, aconsejando.

–¡Adelante, adelante. No pierdan tiempo, que van con el tiempo justo!

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Como les cuento. ¡Me van a contar a mí de Rocío Jurado! Le traje como he contado ya alguna vez, la última medicina 'milagrosa' que decían que curaba del cáncer y que conseguía una monja española en Sudáfrica, y que se la trajo mi hijo Salvador que venía de cazar un rino, sin que por lo visto tuviéramos suerte…

Me gusta mucho comprobar que Granada tiene ganas de repoblar ,y si es posible más, los árboles que van perdiendo, perdón, que vamos perdiendo

El maestro Ginés Liébana, acaba de cumplir cien años, enorme pintor cordobés del que tengo un ángel pintado y dedicado por él mismo en la cabecera de mi alcoba junto a mi colección de cristos, en el que hay más de uno granadino…

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Escucho en la alta noche, el disco de Soledad Morente, homenaje de la familia a la memoria nunca olvidada de don Enrique Morente, y me suena a gloria bendita.

Es un tiempo de torrijas. Sí. Pero de torrija de Granada, de las nuestras que tenían el aroma del Cristo de los Favores.¡Cuántas veces que fuimos a pedirle hasta su rostro de piedra aquellas tres cosas de la cuales solo nos otorgaba alguna…!

¿Dónde he leído, con cierta tristeza que han cerrado o quieren cerrar el bar el Diamante de la calle Navas.

Por cierto, ¡qué buen verbo es tardeando, y lo que quiere decir aún más todavía!

Lo que me ha gustado ver a nuestro poeta García Montero, director ni más ni menos del Instituto Cervantes, con la princesa Leonor, que igual dentro de veinte años es la reina de España ¡y además cuánto me gustaba que añadieran a su nombre lo del poeta comunista granadino, porque entre otras cosas le da mucha más fuerza a la institución monárquica!

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Darle las gracias más efusivas a la eficaz concejala de Mantenimiento Eva Martín, que sé que se está preocupando mucho de todo lo concerniente al parque que lleva mi nombre y que está gustando ir viendo tanto a los granadinos y del cual, así son las cosas, yo disfruto tan poco…

Veo en la tele a nuestro juez Calatayud, que tiene muchísima fuerza opinando. Me gustaría verle con más frecuencia, hace falta gente como él, que nos ayude a salir de este marasmo en el que estamos…

Me gusta por poco que sea, que Granada vaya haciendo alguna cosilla, por pequeña que sea y aunque sea de cuando en cuando…

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Pregón de Semana Santa

Me han contado, nunca es tarde si la dicha es buena, que el pregón de la Semana Santa, que dio Fernando Díaz de la Guardia fue una prenda de pregón, y por eso he pedido una copia, cuanto antes, por favor, compañero…

El día 29, o sea mañana mismo, reunión de la junta de copatronos del Agua de Granada, mala suerte la mía aunque sea por teleplay de esa, porque ese día y a esa hora me tienen que poner la segunda vacuna de la Pleipler esa, o como se llame, y no es ocasión de dejarla para otro momento.

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Que no se me vaya, que no. Jaén pide un sitio, en el mapa de España. Lo merece. Lo necesita además. Más aún, sin Jaén y su historia y su fuerza y su esfuerzo y su trabajo, España sería menos España. Como les digo y si no repasen la historia desde Bailén, las Navas, hasta los últimos números de la crónica verde del mapa del aceite, por dar un dato tan solo...

Mi madre era de Jaén, de Higuera de Calatrava y tengo una hermanilla recién nacida, bajo tierra en Peal de Becerro, que tiene un nombre tan recio y verdadero, tengo el olivo de plata, la cuchara de Guarromán, que a pesar de este nombre tan raro quiere decir 'río de rosas' y de no vivir en Granada donde además ni siquiera vivo, tengo un libro publicado que se llama 'Jaén la tierra redimida', que es un mapa que me conozco paso a paso, con una buena portada del pintor Zabaleta… No me importaría morir en Jaén y sé muy bien lo que digo…

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Y Semana Santa de Granada, te echo tanto de menos, y este año más que nunca, entorno los ojos y huelo, tu cara derretida, el jazmín de los pasos. ¡Os he pregonado tanto, tantos años. Tantas veces ¡y me queda siempre, ahí, en lo alto como un misil, del llanto de la Pasión, aquel grito largo, absurdo, roto, de grito del Tíbet, de cuando pasa la chiaaaaaaaaaaaaa!

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