Vacaciones sin salir de casa

Pero con la imaginación, que no corre sino vuela, nos podemos transportar a cualquier lugar del mundo por muchos medios y parecer que estamos disfrutando de ellos, como si paseando por sus calles estuviéramos o comiendo los ricos mangares de cualquier parte del mundo, porque una actividad de lo más entretenida y enriquecedora es adentrarse en la cultura de otros países a través de su cocina. Un plan, tanto para hacer solo como en familia, que te permitirá explorar nuevos mundos y conocer cómo es la gastronomía de otros lugares. Sólo con harina y huevo podremos hacer auténtica pasta italiana; si tienes arroz a mano, prueba a hacer tu propia versión del shushi japonés y si te gustan los retos intenta hacer ceviche peruano.

Para pasar una vacaciones en casa ayuda mucho Internet, donde podemos encontrar miles de cosas que nos sirven de entretenimiento: guías de viaje, reportajes de lugares cercanos y lejanos, a los que quizás nos hagamos el firme propósito de ir a visitarlos alguna vez en nuestra vida. Propósito que una veces se cumplirá y otras no, pero la ilusión la podremos mantener mientras damos un paseo virtual por esa página web.

Petra, la Gran Muralla, Luxor, la Capilla Sixtina, Versalles, el Hermitage, Auschwitz, la Casa Blanca o Iguazú son algunos de esos sitios que puedes conocer virtualmente sin salir de casa. Estas visitas virtuales permiten recorrer diferentes espacios de interés turístico siguiendo la ruta que nosotros decidimos, ampliando detalles y accediendo a información complementaria. A veces no hacen falta muchos preparativos para emprender un gran viaje, basta con tener un móvil, una tablet o un ordenador conectados a Internet. La tecnología, las fotografías en 360º y el 3D han hecho posible que podamos movernos por diferentes escenarios, repartidos por todo el mundo, como si realmente anduviésemos por ellos.

El sofá se convierte en una terraza improvisada en la que pasar horas hablando y riéndose mientras disfrutamos de un picoteo preparado con nuestros snacks favoritos. El sabor castizo de una de nuestras cervezas preferidas o la más económica del súper es el mejor acompañamiento para subrayar una mañana o tarde perfecta, que si además está acompañada de amigos, quizás podemos pensar que ha merecido la pena no estar de vacaciones en ningún sitio.