Cientos de camiones españoles, dispersos en un atasco de miles de vehículos, han permanecido varados en Dover desde que la detección de un nuevo brote, más contagioso, de covid-19 en Reino Unido llevó al cierre de las fronteras francesas. Su posterior reapertura llegó con ... la exigencia de pruebas PCR muy complicadas de realizar en las carreteras saturadas que conducen al Eurotúnel o al atraque de los ferris. El caos obligó a miles de conductores a pasar en sus camiones la Nochebuena y la Navidad, en una situación dramática de falta de medios y de servicios por parte de las autoridades británicas, incapaces de prestar auxilio a unos trabajadores que tuvieron que ser asistidos por ONG y vecinos de la zona con los escasos medios de que disponían. Mientras concluía con éxito el último esfuerzo en busca del acuerdo comercial sobre el 'brexit', a ambos lados del Canal de la Mancha se presentaron los atascos como premonición de lo que habría sido una ruptura 'dura'. Pero la vergüenza de Dover atestigua una vez más las dificultades de la Unión Europea para desplegar una acción coordinada que defienda los derechos y atienda las necesidades de sus ciudadanos cuando estos más lo precisan.
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