Una alcazaba para volver al Reino de Granada desde Loja
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El monumento lojeño es una de las últimas joyas que Al-Ándalus mandó construir en la provincia antes de la conquista de los Reyes CatólicosLugares con encanto ·
El monumento lojeño es una de las últimas joyas que Al-Ándalus mandó construir en la provincia antes de la conquista de los Reyes CatólicosRegresar a los tiempos de Al-Ándalus es posible. Granada es una provincia con una gran herencia de la etapa musulmana. Muchos vestigios de aquella época se pueden visitar en la actualidad para estudiar la cultura y la forma de vida del Reino de Granada. ... Uno de ellos es la Alcazaba de Loja, la puerta a la época nazarí del Poniente granadino.
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Declarada como Bien de Interés Cultural, la Alcazaba es la principal atracción del municipio. Construida en el siglo IX por los Omeya, aunque no se finalizó hasta varios siglos después, esta construcción supuso todo un baluarte de la ciudad. Su misión era claramente defensiva, pues desde sus elevadas torres vigía se podía apreciar una amplia vista del paisaje para controlar los movimientos de las tropas enemigas.
También funcionó como residencia de los gobernadores de la época, tanto en época árabe como en la cristiana. La Alcazaba de Loja se erigió como uno de los últimos restos de Al-Ándalus antes de la conquista de los Reyes Católicos. La zona del Poniente fue una de sus últimas fronteras. Coronando el paisaje, Loja permanecía atenta a las llegadas que podían amenazar la continuidad del reino.
La Alcazaba se asienta sobre un cerro, a los pies de Sierra Gorda, y consta de varios elementos dignos de análisis por los aficionados al arte. Por ejemplo, la Torre del Homenaje, el acceso principal de la Alcazaba que debe su existencia a los almorávides. Construido con sillares, la puerta de dicha torre alberga varios símbolos nazaríes o una inscripción de carácter religioso: «Dios es único, no engendró ni fue engendrado, no tiene compañero».
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Junto a dicha torre, el Caserón de los Alcaides esconde un peculiar rincón. El Museo Histórico Municipal de la Alcazaba de Loja se halla en su interior con dos salas que recogen los símbolos folclóricos y tradicionales de la ciudad. Desde una colección arqueológica, con piezas que datan de los años fundacionales de la ciudad, hasta los elementos más significativos de la Semana Santa lojeña. La entrada es gratuita y se puede visitar a lo largo de todo el año.
Uno de los principales vestigios árabes que ha heredado Granada ha sido el agua. No necesariamente el bien natural como tal, sino la relevancia de su gestión para crear riqueza natural y arquitectónica. La Alcazaba de Loja incluye un aljibe en su patio de armas, que está compuesto por tres naves abovedadas y separadas por arcos. Se considera que su capacidad era de 286 metros cúbicos y constaba de un sistema de claraboyas que abastecía a la población y que filtraba el agua de lluvia.
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Otro de los encantos de la Alcazaba son sus alredores. El barrio amurallado contiene estrechas y empinadas calles que transportan al visitante automáticamente a otra época. Concretamente, a la de Al-Ándalus. Las casas blancas que poblan el barrio de la Alcazaba, donde residieron gobernadores y militares musulmanes y cristianos, recuerdan al norte de África. Sin duda, un lugar por el que perderse y por el que apreciar la cultura que dejaron en herencia aquellos pueblos que llegaron a Loja hace doce siglos. Justamente, los que colocaron las primeras piedras de la Granada tal y como la conocemos.
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