![Letargo blanco en La Victoria](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/pre2017/multimedia/noticias/201603/07/media/95599818.jpg)
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JOSÉ A. GUTIÉRREZ
Lunes, 7 de marzo 2016, 00:14
La vida, como el fútbol, es sueño y los sueños, sueños son. El Real Jaén vivió ante el FC Cartagena un 'deja vu', un duelo ya sufrido por los seguidores blancos durante la segunda vuelta de la pasada temporada. Fueron muchos los que reconocieron ayer en el escenario blanco elementos característicos de un guión ya visto. En resumen, el FC Cartagena fue mejor, mereció llevarse los tres puntos en su faltriquera, ante un bloque jienense indolente y carente de argumentos futbolísticos.
No faltará el fino analista que argumente que los de Gonzalo Arconada han sumado cinco puntos en sus tres últimos duelos. Y que su Liga es precisamente batallar por la Copa del Rey. Pero si medimos al Real Jaén solamente desde el resultado, perdemos la esencia de este deporte. Es una pena sentarse en la butaca y ver partidos como el de ayer que te van hundiendo en tu asiento. Encuentros en donde no pasa nada. Los blancos no tuvieron imaginación, ni sentido del riesgo, ni actitud. Fue el rival el que puso la agresividad, tirándose al suelo cuando hacía falta por perseguir los balones que sabemos que se irán fuera y los que fueron a chocar con los adversarios.
El fútbol es un juego de defensa y ataque en el que hay que quitarle la pelota a un contrario para dársela a un compañero. Pero los blancos abandonaron el esférico a su suerte, olvidándose de dialogar tocando.
Si a principio de año se soñaba con el play off, ha quedado claro que en este mundo la distancia entre la esperanza y el descalabro es cada vez más corta.
Por eso conviene acordarse de la frase de Churchill: «hay que ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». La otra solución es empezar de nuevo, cada día más deprimidos, cada día más divididos, y sin detener nunca la imparable caída de una entidad que sueña con recuperar sus señas de identidad.
En cuanto al choque, el linarense Santi Villa fue el primero en intentarlo con un lanzamiento que se perdió desviado.
Desde el primer minuto quedó claro que el peligro en el bando cartagenero llevaba el nombre de Menudo. Luis Pérez se las veía y se las deseaba para frenar al diez visitante. Estuvo de dulce y matrícula de honor durante los noventa minutos reglamentarios. Felipe Ramos tuvo que intervenir para sacar un balón suyo que se colaba en su portería.
El choque había comenzado dinámico y con múltiple presencia en ambas áreas. Un inicio eléctrico que nada tuvo que ver con el guión posterior.
En el apartado táctico, Gonzalo Arconada sorprendió con su once. Fran No sustituyó en el centro de la defensa blanca al sancionado Paco Aguza. Y en el centro del campo Sergio Molina retrasó su posición para formar pareja con Pablo Ortiz, lo que dejaba a Óscar Quesada en el banquillo. Y arriba Trujillo era la referencia ofensiva, sustituyendo al lesionado Hugo Díaz, pero acompañado por Fede, que volvía directamente al once tras recuperarse de su lesión.
En el minuto 24, Chus Hevia remató de cabeza muy cerca del poste de la portería jienense. El Cartagena iba creciendo en solidez y presencia ofensiva conforme pasaban los minutos.
A la media hora de juego el canterano Pablo Ortiz cayó lesionado y tuvo que ser sustituido por Óscar Quesada. Los locales perdían la movilidad y la visión de juego del jienense en la parcela ancha del terreno de juego.
El Cartagena se apoderó del esférico y no lo soltó hasta la recta final del primer round. Ahí llegaron las ocasiones locales más claras. Fede cazó un balón en la frontal del área y sin pensárselo disparó buscando la escuadra izquierda, sin puntería.
El meta Limones ayudó con un regalo en forma de cesión. Libre indirecto dentro del área. Santi Villa lo intentó por bajo pero la defensa repelió el esférico. Y en el saque de esquina posterior Óscar Quesada, al segundo palo, mandó de cabeza el balón fuera cuando estaba completamente solo para alojar la pelota en la red.
Menudo, pelotero
El segundo tiempo tuvo un inicio de guión idéntico al primero. Santi Villa volvió a protagonizar la primera, con un disparo cruzado que Limones detuvo en dos tiempos. Y Menudo siguió destilando gotas y gotas de la enorme clase que atesora en sus botas poniendo en apuros, en dos acciones, a Felipe Ramos.
El sevillano Menudo seguía con su recital particular. Se adentró en el área sorteando rivales y en el mano a mano con Felipe Ramos la mandó fuera cerca del poste con todo a su favor.
El Cartagena estaba jugando con una marcha más que su rival. Los jugadores visitantes podían tocar y tocar el esférico sin que ningún pelotero blanco les acosara. Los jienenses habían colocado una cómoda alfombra para facilitar las acciones ofensivas rivales. Faltaba intensidad y la afición empezaba a incomodarse.
A Gonzalo Arconada tampoco le estaba gustando lo que sucedía sobre el césped. Al cuarto de hora de la reanudación decidió dar entrada a Bardanca en sustitución de Fede. Con este cambio, Sergio Molina adelantaba su posición a la media punta.
Pero no mejoró la imagen de los locales. La presión del Cartagena asfixiaba la zona de creación del Real Jaén. Los cartageneros estaban ganando todas las batallas. Sólo les faltaba afinar la puntería.
Cuando lo más interesante sucede en la grada, malo. «Apurando plazos en los juzgados, maltratando al aficionado». Los seguidores de Orgullo Lagarto mandaban un mensaje directo a la directiva jienense.
Arconada decidió, en el minuto 73, dar entrada al mediático portugués Nuno Silva por Trujillo.
El Real Jaén mejoró, más porque al Cartagena pareció abandonarle la fuerza, que por convicción propia. Así, la única gran ocasión en todo este segundo tiempo fue en un saque de esquina de Sergio Molina que remató de cabeza Óscar Quesada. El balón no encontró portería.
Laens en los últimos compases del duelo cabeceó al centro una buena acción ofensiva de los visitantes.
Y para colmo de males, Óscar Quesada también abandonó el terreno de juego en camilla. Los blancos que ya habían realizado todos sus cambios terminaron con diez.
Así, al final, reparto de puntos que deja a los blancos muy lejos de la zona de privilegio. La tercera y la cuarta plaza (Cádiz CF y Sevilla Atlético) están a once puntos de distancia. Sólo resta agarrarse, con más fe que otra cosa, a la Copa del Rey. Y cuidado de no dormirse en los laureles, porque Marbella y Mérida vienen empujando con fuerza a tres puntos.
El Real Jaén que se pudo ver ayer parece haber asumido que el play off es inalcanzable. Por momentos pareció poner el piloto automático para dejarse llevar hacia la clasificación para la próxima edición de la competición copera. Bajar las expectativas puede estar bien para reducir exigencias, pero se corre el riesgo de distraerse de lo más importante, jugar al fútbol. Ésta es la regla: si se nos valora mucho se nos exigirá más. Mejor andar de pobre por la vida, piensan algunos. Lo cierto es que las distracciones extra deportivas provocan que los jugadores se olviden de cómo se juega al fútbol.
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