Aquella tarde de Miércoles Santo, la cofradía salió desde la Abadía del Sacromonte. La procesión comenzó a las ocho de la noche y llegó hasta la iglesia de San Pedro, «nuestras calles han sido escenario de magníficos desfiles procesionales, cuenta la crónica de IDEAL. Y ... no ya en el centro bullicioso: también en los arrabales pintorescos de la ciudad la Semana Santa granadina ha puesto pinceladas de imborrable belleza. La procesión del Santísimo Cristo del Consuelo, cofradía de gentes sanas y humildes, a través de los caminos rústicos del Sacromonte, donde las sombras del crepúsculo y las luces de la imagen tenían tonalidades mágicas». Un año más tarde, cuenta Fernando Argüelles en su libro 'La Pasión según mi Granada', al Cristo Crucificado se unió un busto de la Virgen que se veneraba en las Santa Cuevas, el mismo que, en 1982, pasaría a ser la imagen de María Santísima del Sacromonte.
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