Juan, el hermano más joven de la Cofradía del Rescate. Pepe Marín

Semana Santa en Granada

Devoción entre chupetes: El hermano más joven del Rescate

La fe familiar y el legado de generación en generación se dan la mano en la hermandad del Señor de Granada

M. J. Arrebola

Lunes, 25 de marzo 2024, 23:32

Juan es el hermano más joven de la Cofradía del Rescate. Con tan solo un año y unos meses ya cuenta con su primera salida procesional: «Salió el año pasado con su traje de monaguillo en el carrito», explica María, su madre. Esta iba a ... ser su segunda estación de penitencia con la hermandad pero la lluvia no ha dejado que así sea. «Nos hemos quedado con las ganas», destaca su madre.

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Esta devoción familiar viene de antaño. La familia de María siempre ha vivido en el barrio y han sentido esa devoción por el Señor de Granada, «mi familia entera es del Rescate». Desde hace muchos años empezó a salir su tío, luego ella, sus primos, sus sobrinos y ahora su hijo. María solo pide una cosa y es que su pequeño siga con esta tradición que se ha ido transmitiendo de generación en generación.

En la familia de María empezaron todos de monaguillos. «Yo tuve la suerte de ser dalmática». Los dalmáticos en la terminología cofrade son los portadores de ciriales que se posan justo delante del paso. Maria ha salido varias veces de fiscal de sección y espera que su hijo siga la tradición hasta que sea costalero o lo que quiera ser. No hay más que ver a Juan para saber que desde bien pequeño, le encanta el Rescate. Su madre comenta que desde que nació lo han llevado a ver al cristo. La devoción de este pequeño se hace notar y fija las miradas de todo el que lo ve delante del señor: «Empieza a tirarle besos, empieza a jugar con las estampitas y se nota que le gusta mucho», reafirma su madre.

Desde muy pequeños en la cofradía del Rescate los niños salen de monaguillos, los cuales llevan sus cestitas con estampas que reparten durante todo el cortejo procesional y caramelos. Sin duda alguna, María ha querido destacar que lo más bonito es la levantá que hacen los costaleros del Rescate dedicada a los niños. Se lleva haciendo desde hace algunos años a las puertas del Colegio de las Siervas de San José, donde también estudia Juan, por lo que por parte del colegio, también le viene esa relación con el Rescate, enfatiza María. Los niños después de haber pasado por la sección de monaguillos, pasan a ser roquetes, los cuales llevan una vela más chiquitita y van con la túnica y una capa blanca. Seguidamente, se pasa a nazareno con la vela más grande y la cara totalmente tapada. A partir de ahí, puedes aspirar a ser costalero, fiscal o lo que quieras dentro de la hermandad. A veces los niños no quieren vestirse de nazarenos porque no quieren ir con la cara tapada, destaca María. «No saben lo importante que es llevar la túnica sagrada y acompañar al señor», explica.

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Hoy en día es muy común que una cofradía cuente con su grupo joven. Los niños y jóvenes realizan múltiples tareas como la limpieza de orfebrería para la puesta del paso en la calle, organizan reuniones con los grupos jóvenes de otras cofradías para ponerse al día. Cuando se acercan distintas festividades como el Día de la Cruz, los jóvenes y niños van todos juntos y visitan las hermandades, los viernes del mes celebran misas en las que participan activamente. Todas estas tareas les hacen cumplir con la cofradía y llegar al acolitado, una de las secciones más importantes del cortejo procesional y al que es difícil acceder. Además, el grupo joven de esta cofradía es el encargado de realizar el monte de claveles en el que se posa la imágen de Jesús del Rescate. «En primer lugar, abren los claveles para hincarle los palillos y ponerlos sobre el paso», destaca María.

«Como madre del niño me gustaría que disfrutara y sintiese esa emoción que siente la familia». Lo más importante es que ya desde bien pequeñito, se nota que la siente. «Me encantaría que de cara al futuro siguiese saliendo», destaca María.

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En la Cofradía del Rescate, la devoción trasciende generaciones, envolviendo a los más jóvenes en el fervor de una tradición arraigada en el corazón de cada familia. Juan, el hermano más joven, lleva ya en la sangre el legado de toda una familia. Aunque la lluvia haya impedido su segunda procesión, su madre ya sueña con que este pequeño siga sus pasos.

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